Este proyecto es sucesor de MONALISA 2.0 (2013-2015) e inspirado por los sistemas de Air Traffic Management, nace dentro del marco europeo el STM, un ambicioso proyecto que “pretende estandarizar la gestión del tráfico marítimo a escala mundial de un modo similar a como se hace actualmente en el tráfico aéreo”, explica Albert González, jefe de Servicios TIC del Port de Barcelona.
La iniciativa STM propone establecer el intercambio de información estandarizada con interfaces abiertas a las que tendrán acceso todos los actores de la industria. De este modo, se podrán diseñar rutas en tiempo real, ajustando salidas, llegadas, eliminando tiempos de espera, reduciendo el uso de combustibles y también accidentes. Esta nueva concepción rompe con “una forma histórica de hacer las cosas, muy distinta”, explica Albert González. Una manera de operar más conservadora y que no está acostumbrada a trabajar en entornos colaborativos.
Objetivos bien definidos
Los principales propósitos del proyecto STM navegan hacia la eficiencia desde todas las perspectivas.
1. Seguridad marítima: este sistema consigue evitar todo tipo de incidentes, especialmente los que involucran vidas humanas.
2. Impacto medioambiental: al optimizar las rutas, los barcos pueden ajustar la velocidad de navegación con el mínimo consumo de combustible y una reducción de las emisiones contaminantes. “El 90% de las mercancías a escala mundial se transportan por tráfico marítimo. La cantidad de barcos que operan en los mares y los océanos es enorme. Si podemos reducir el consumo de combustible, aunque sea un 1%, ahorraremos muchísimas toneladas al año”, relata Albert González.
3. Eficiencia: hacer que los puertos trabajen con el modelo Just-in-Time (JIT): “En cuanto llegue un barco a la entrada del puerto, no tendrá que esperar en la zona de fondeo, sino que entrará, cargará, descargará y, en cuanto acabe, se podrá ir y entrará el siguiente. Esto es más eficiente para los puertos, implica más ingresos y los hace más atractivos para las navieras y las terminales”, ejemplifica Albert González.