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El nuevo Pacto por el Mediterráneo 2025: la UE renueva la cooperación euromediterránea 30 años después del proceso de Barcelona

La Unión Europea presenta un nuevo pacto con los países vecinos del sur para impulsar la educación, el empleo juvenil, la economía verde y una gestión compartida de la seguridad y la migración.

Publicado el 05.12.2025

Investigador predoctoral en el CENIT, con tesis doctoral centrada en economía azul aplicada en el Port de Barcelona.

El nuevo Pacto por el Mediterráneo de 2025 renueva la cooperación euromediterránea 30 años después del proceso de Barcelona. En la imagen, mapa de las corrientes marinas en el Mediterráneo (NASA).

Mientras la atención geopolítica global se centra en los conflictos del este de Europa y la creciente tensión comercial y militar en Asia-Pacífico, otro frente estratégico se juega en el Mediterráneo. Un mar que conecta tres continentes, por donde pasan el 20% de las rutas comerciales marítimas mundiales y donde viven más de 500 millones de personas en ambas orillas. Un espacio que Europa no puede permitirse descuidar.

La Unión Europea reconoce esta realidad y ha presentado el Pacto por el Mediterráneo en un acto celebrado en Barcelona el 28 de noviembre, coincidiendo exactamente con el 30.º aniversario de la Declaración fundacional de la cooperación euromediterránea moderna. La elección de Barcelona no fue casual: la ciudad es el hogar simbólico de la cooperación euromediterránea desde 1995 y acoge la sede permanente de la Unión por el Mediterráneo. Por eso la capital catalana ha vuelto a ser el escenario donde se renueva esta apuesta estratégica. Ya no se trataba de conmemorar, sino de un intento ambicioso de convertir el Mediterráneo en un espacio de prosperidad compartida en la era de la transición verde, la digitalización y las nuevas tensiones migratorias.

El acto de presentación reunió en Barcelona a ministros de la Unión Europea y de los países socios meridionales en el marco del X Foro Regional de la Unión por el Mediterráneo.

  • La UE "sigue apostando por el Mediterráneo" como espacio prioritario de cooperación. Lo sintetizó la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y vicepresidenta en la Comisión Europea, Kaja Kallas: «Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia geopolítica del Mediterráneo. La región conecta tres continentes y sirve de puente hacia la Unión Europea para importantes intercambios entre las personas, nuestras economías y la seguridad. Con el nuevo Pacto por el Mediterráneo abrimos un nuevo capítulo y una oportunidad para una cooperación más productiva y una estabilidad duradera en la región»

Con este Pacto, la UE no solo conmemora 30 años de la Declaración de Barcelona: intenta actualizarlo a la era de la transición verde, la digitalización y la economía azul, y hacer del Mediterráneo —este puente histórico de culturas, economías y rutas— un espacio realmente compartido y gobernado de manera más coordinada.

Kaja Kallas, Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y vicepresidenta en la Comisión Europea, junto a Dubravka Šuica, Comisaria Europea para el Mediterráneo, durante la presentación del Pacto por el Mediterráneo en Barcelona el pasado 28 de noviembre (Comisión Europea).

La Declaración de Barcelona de 1995: el origen de la cooperación euromediterránea

En 1995, la UE y 12 países del sur y este del Mediterráneo firman la Declaración de Barcelona. Ese texto es importante porque es la primera vez que se dice abiertamente: "queremos una región euromediterránea estable, próspera y compartida". Y se hace con una mirada muy amplia: política (paz y estabilidad), económica (zona de prosperidad compartida) y humana (diálogo entre culturas).

La idea de fondo ya era muy actual: el Mediterráneo es demasiado pequeño para que cada uno vaya por su cuenta. Si no cooperamos, los problemas (migración, contaminación, tráfico, tensiones) se convierten en problemas de todos.

Vista del estrecho de Gibraltar desde la provincia de Cádiz, con el monte Musa al fondo (CC).

Nueva Agenda para el Mediterráneo (2021): actualización de la estrategia

En 2021, la Unión Europea hace una especie de "revisión de los 25 años" y constata que el contexto mediterráneo ha cambiado (Primaveras Árabes, más presión migratoria, crisis climática, nuevos actores geopolíticos). Por eso presenta la Nueva Agenda para el Mediterráneo y el Plan Económico y de Inversión para la Vecindad Sur. Es, en esencia, una reafirmación de la propuesta de 1995, pero actualizada.

¿Qué buscaba aquella agenda de 2021?

  • Relanzar la asociación con los países vecinos del sur, no solo como política, sino como relación estratégica.
  • Profundizar en cinco ámbitos clave: desarrollo humano y empleo (especialmente juvenil), buena gobernanza y derechos, resiliencia y preparación ante crisis (pandemias incluidas), acción climática y transición ecológica, y crecimiento económico inclusivo que no deje atrás a las pymes y la economía local.
  • Acompañarlo de dinero real: el Plan Económico y de Inversión preveía movilizar hasta decenas de miles de millones de euros en inversiones para la región, con el foco puesto en la doble transición verde y digital, en la creación de empleo y en dar oportunidades a la gente joven.

En aquella agenda también se puso sobre la mesa que la cooperación con el sur no es solo economía: la UE incluyó dimensiones de salud (raíz de la COVID-19), de seguridad y defensa y una reflexión más amplia sobre la vecindad sur como espacio político y estratégico, no solo como receptor de ayuda. Es decir: en 2021 la UE ya dice que el Mediterráneo debe ser un espacio donde se hable de migración, de energía, de seguridad marítima y de resiliencia climática en un mismo marco.

Los tres pilares del Pacto por el Mediterráneo 2025

El Pacto por el Mediterráneo que la UE presenta en 2025 se articula sobre tres pilares muy claros, que quieren ordenar todo lo que la Unión ya hace en el sur, pero dándole un sentido común y compartido, como resumió en la presentación Dubravka Šuica, Comisaria Europea para el Mediterráneo:

  • «El Pacto es un claro testimonio de un enfoque y un compromiso renovados de la UE con la región mediterránea. Este pacto tiene que ver con las personas: el mayor recurso del Mediterráneo reside en su juventud, su talento y su creatividad. El pacto también tiene que ver con la prosperidad compartida. Ofrecerá nuevas oportunidades de inversión y creará puestos de trabajo. También invertiremos en seguridad, preparación y gestión de la migración. La cooperación estrecha y la responsabilidad compartida harán que sea una historia de éxito para nuestros ciudadanos en todas las orillas del Mare Nostrum».

1. Las personas como motor de cambio

El Pacto sitúa a las personas en el centro y entiende que, si no se cuida el talento, el resto queda en piloto automático. Por eso apuesta por reforzar la educación superior y la formación profesional, mejorar las oportunidades laborales y dar más voz a la juventud y a la sociedad civil. Proyectos como la futura Universidad Mediterránea quieren facilitar que un estudiante de Rabat pueda hacer una estancia en Barcelona o que una investigadora de Atenas colabore con un equipo de Marsella sin tantos obstáculos administrativos.

Al mismo tiempo, el Pacto quiere que la cultura, el turismo y el deporte sean un espacio de cohesión y no solo de atracción turística: proteger el patrimonio, diversificar la oferta y hacerla más sostenible. Y, de fondo, hay una idea clara: sin el empoderamiento de las mujeres y de las comunidades locales, el cambio se queda a medias.

En este pilar se trabaja especialmente en:

  • Impulsar la educación superior, las habilidades, la investigación y la innovación
  • Reducir la brecha de competencias y cualificaciones en los mercados de trabajo
  • Iniciativa euromediterránea para la cultura, el deporte y el turismo
  • Empoderamiento de la sociedad civil, la juventud y las comunidades locales

El Pacto por el Mediterráneo sitúa a las personas en el centro y apuesta por reforzar la educación superior y la formación profesional, mejorar las oportunidades laborales y dar más voz a la juventud y a la sociedad civil (FP).

2. Una economía mediterránea más fuerte, verde y conectada

El segundo pilar quiere que la economía mediterránea sea más competitiva, pero también más limpia y resiliente. Esto pasa por modernizar el comercio y las inversiones, facilitar que las empresas trabajen a escala regional y, sobre todo, acelerar la transición hacia la energía y la tecnología limpia. La iniciativa T-MED, por ejemplo, busca que la producción renovable y las tecnologías de bajas emisiones no se queden en proyectos piloto dispersos, sino que generen efecto de escala en toda la cuenca.

En paralelo, el Pacto quiere reforzar el ecosistema emprendedor. Con instrumentos como 'StartUp4Med' o la 'Tech Business Offer'. Para que las startups tecnológicas y de datos puedan crecer sin tener que marcharse necesariamente del Mediterráneo. El puerto, en este contexto, deja de ser solo una infraestructura logística para convertirse en plataforma de innovación: espacio para pruebas, datos, nuevos servicios.

Este pilar incluye, entre otras, las siguientes líneas:

  • Modernización y fortalecimiento de las relaciones comerciales y de inversión para un crecimiento más inclusivo y sostenible
  • Creación de un mecanismo regional de apoyo a startups (StartUp4Med)
  • Impulso de economías digitales y de datos más integradas (lanzar Tech Business Offer)
  • Iniciativa Transmediterránea de Energía Renovable y Tecnología Limpia (T-MED)
  • Asociaciones para la transición limpia, el crecimiento sostenible y la resiliencia
  • Refuerzo de un Mediterráneo azul saludable y próspero
  • Transporte más sostenible para una región mejor conectada
  • Compartición de conocimiento y estadísticas para mejorar la toma de decisiones

Uno de los pilares del Pacto por el Mediterráneo pasa por modernizar el comercio y las inversiones, facilitar que las empresas trabajen a escala regional y, sobre todo, acelerar la transición hacia la energía y la tecnología limpia (FP).

3. Seguridad compartida y gestión de la migración

El tercer pilar afronta cuestiones que a menudo solo aparecen en titulares de crisis: seguridad, emergencias y migración. El Pacto propone preparar mejor la región ante desastres (desde inundaciones hasta episodios extremos de calor), mejorar la coordinación entre países y establecer mecanismos estables de cooperación. No se trata solo de reaccionar, sino de planificar.

En materia migratoria, el enfoque es de "ruta completa": desde el país de origen hasta el destino, pasando por las rutas marítimas y terrestres. Esto implica trabajar en políticas de visados, protección de derechos, vías legales y lucha contra las redes de tráfico, con más cooperación policial y fronteriza, pero también con más espacios de diálogo.

Este pilar se concreta en tres grandes líneas de acción:

  • Iniciativa de paz y seguridad UE-Med como foro estable para tratar estos temas de manera conjunta
  • Más preparación y respuesta coordinada ante desastres en el Mediterráneo
  • Implementación de un enfoque de gestión de la migración de "ruta completa"

En materia migratoria, el Pacto por el Mediterráneo implica trabajar en políticas de visados, protección de derechos, vías legales y lucha contra las redes de tráfico, con más cooperación policial y fronteriza, pero también con más espacios de diálogo. (FP)

Retos de implementación: de las palabras a los hechos

El Nuevo Pacto por el Mediterráneo y el Pacto por los Océanos ponen palabras muy potentes sobre la mesa: transición verde, economía azul, juventud, cooperación, seguridad compartida. Pero el verdadero examen no estará en los documentos oficiales, sino en el mar. Si un joven no ve más oportunidades de formación y empleo, si una empresa emergente de energía marina no encuentra instrumentos concretos para escalar proyectos en toda la cuenca, o si un puerto no dispone de herramientas claras para descarbonizar sus operaciones, el Pacto corre el riesgo de quedarse en retórica.

Plan de Acción 2026: el calendario de implementación

A partir de aquí viene la parte menos visible pero más decisiva: la implementación. Los servicios de la Comisión Europea y el Servicio Europeo de Acción Exterior serán los encargados de coordinar y hacer el seguimiento técnico del Pacto, asegurando que lo acordado políticamente se materializa sobre el terreno.

  • Está previsto que a principios de 2026 se publique el Plan de Acción que detallará quién hace qué, con qué instrumento y en qué calendario.

El Pacto, sin embargo, no es algo cerrado. La UE lo deja abierto a la participación de socios más allá del Mediterráneo estricto, como el Golfo Arábigo, el África subsahariana, los Balcanes Occidentales o Turquía. Porque muchas de las rutas de energía, datos, comercio e incluso migración nacen o terminan fuera de la cuenca. En este sentido, el texto apunta a intensificar la cooperación UE–Oriente Medio–Norte de África como objetivo estratégico.

En este escenario, los puertos mediterráneos serán una pieza clave: por la interconectividad que ofrecen (mar-tierra-ferrocarril-dato), por su capacidad de tirar de la economía regional. Se jugarán cuestiones de descarbonización del transporte marítimo, de economía azul, de control de flujos y también de innovación logística.

Del Pacto por los Océanos al Nuevo Pacto por el Mediterráneo

A pesar de nacer en momentos y ámbitos diferentes, el Pacto Europeo por los Océanos y el Nuevo Pacto por el Mediterráneo juegan, en esencia, en el mismo tablero: cómo hacer compatible una economía azul competitiva con ecosistemas sanos y sociedades más resilientes.

  • El Pacto por los Océanos es un marco transversal que agrupa todas las políticas marinas de la UE bajo una sola estrategia, con seis prioridades que van desde la restauración de la salud de los mares hasta la competitividad de la economía azul, el apoyo a las comunidades costeras, el conocimiento oceánico, la seguridad marítima y la diplomacia oceánica. Además incorpora objetivos cuantitativos como reducir a la mitad la contaminación por plásticos y restaurar ecosistemas marinos europeos de aquí a 2030, con paquetes de inversiones. Y un futuro 'Ocean Act' en 2027, para darle fuerza jurídica y seguimiento.
  • El Pacto por el Mediterráneo, en cambio, es un instrumento más geopolítico y de vecindad: se centra en la cuenca mediterránea y articula la cooperación con los países del sur a través de tres pilares —personas y movilidad, inversión y transición verde (incluyendo energía limpia, digitalización y economía azul), y un bloque de paz, seguridad y gestión de la migración, con iniciativas como T-MED, StartUp4Med, una red universitaria mediterránea y un foro UE-Med de paz y seguridad.

El Pacto por los Océanos fija el paraguas estratégico y los estándares para todos los mares europeos, mientras que el Pacto mediterráneo sería, si lo miramos bien, la traducción política y operativa en una de las cuencas más sensibles, donde puertos como Barcelona se convierten en punto de encuentro entre los objetivos globales de océanos sanos y las realidades muy concretas de juventud, energía, comercio y migraciones en el sur de Europa.

En los próximos meses, la implementación de ambos pactos marcará si la UE consigue convertir el Mediterráneo en un modelo de cooperación basada en la sostenibilidad, la innovación y la prosperidad compartida. Para los puertos mediterráneos como Barcelona, este es el momento de posicionarse como líderes en la transición hacia una economía azul más limpia, competitiva y socialmente inclusiva.