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Los grandes cargadores ponen rumbo a la descarbonización del transporte marítimo

Amazon, Electrolux, Philips y una veintena más de multinacionales han anunciado un histórico concurso para contratar el transporte de contenedores mediante embarcaciones propulsadas por combustibles cero emisiones. Veamos en qué consiste esta iniciativa pionera y si se trata de un caso aislado o realmente el sector está apostando por un transporte más limpio.

Publicado el 08.12.2023
ZEMBA calcula que conseguirán evitar la emisión de cerca de 1 millón de toneladas métricas de gases de efecto invernadero, lo que equivaldría a que dejaran de circular 215.000 coches (FP).

La alianza de compradores marítimos de emisiones cero (ZEMBA)

La Alianza de Compradores Marítimos de Emisiones Cero (ZEMBA) ha anunciado la que aseguran es la “la primera iniciativa importante liderada por grandes compradores para acelerar la transición hacia combustibles marítimos de cero emisiones en uno de los sectores más difíciles de descarbonizar”. Se trata de un concurso o request for proposals (RfP) para contratar el transporte marítimo de 600.000 contenedores de 20 pies (teus), en un periodo de tres años, en buques propulsados por combustibles cero emisiones. Estos combustibles son el metanol, el amoníaco, los combustibles sintéticos y los biocombustibles.

Con esta iniciativa, ZEMBA calcula que conseguirán evitar la emisión de cerca de 1 millón de toneladas métricas de gases de efecto invernadero, lo que equivaldría a que dejaran de circular 215.000 coches. Más de 20 compañías de la alianza ZEMBA participan en este primer concurso, entre las que destacan Amazon, Bauhaus, Brooks Running, Chewy, Electrolux Group, Flexport, Green Worldwide Shipping, IKEA, Levi Strauss & Co., lululemon, Meta, Moose Toys, New Balance, Nike, Patagonia, Philips, Schneider Electric, Sport-Thieme y Tchibo. 

La asociación de Propietarios de carga para buques de cero emisiones (coZEV), la entidad que está detrás de ZEMBA, tiene en consideración los siguientes criterios:

  • Capacidad suficiente para cubrir la demanda agregada de los miembros de ZEMBA de más de 600.000 TEU en una distancia de 6.000 millas náuticas/~11.000 km durante tres años.
  • Acceso a combustibles que proporcionen reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 90% en comparación con los combustibles fósiles tradicionales según su ciclo de vida.
  • Emisiones transparentes del ciclo de vida del combustible para validar las afirmaciones de reducción de emisiones.

 La finalidad última, según un comunicado emitido por la entidad, es “estimular un mercado nuevo para los combustibles cero emisiones e implementar soluciones escalables a largo plazo para toda la industria naviera”.

Jordi Espín, secretario general de TRANSPRIME - Spanish Shippers’ Council y miembro de la Global Shippers’ Alliance, valora muy positivamente esta iniciativa así como el hecho de que, por primera vez, los grandes cargadores adopten una posición proactiva y común ante las navieras y promuevan un nuevo modelo de relación con estas.

“Lo que los cargadores demandan con la iniciativa ZEMBA puede resumirse en dos palabras: transparencia y estabilidad, que es lo que llevan tiempo exigiendo, aunque el enfoque sí es novedoso”, explica Espín, que añade: “No se trata de una queja o una reclamación, sino de una propuesta que dibuja un nuevo modelo de relación en el mercado del transporte marítimo que, de tener éxito, puede redefinir su futuro. Se trata de un compromiso entre dos partes”.

La Alianza de Compradores Marítimos de Emisiones Cero (ZEMBA) ha anunciado la que aseguran es la “la primera iniciativa importante liderada por grandes compradores para acelerar la transición hacia combustibles marítimos de cero emisiones en uno de los sectores más difíciles de descarbonizar” (FP).

Otras iniciativas rumbo a una mayor sostenibilidad

El transporte marítimo representa el 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y tiene en la descarbonización de las embarcaciones uno de sus mayores desafíos. Sin embargo, hay otros rumbos hacia un transporte marítimo más sostenible. “La sostenibilidad también implica respetar la carga, que es precisamente lo que persigue el Bill of Cargo Rights, la Carta de Derechos de la Carga”, señala Jordi Espín. 

“Desde la Alianza Global de Cargadores, a través de Global Shippers’ Alliance (que aglutinan al 85% de los shippers del planeta), en combinación con European Shippers’ Council y Transprime - Spanish Shippers’ Council, hemos lanzado esta iniciativa para que la carga sea respetada, empoderada con derechos y priorizada para evitar que su tránsito se interrumpa mientras está de viaje a través de las cadenas de transporte globales”, explica Espín. La carta se encuentra en proceso de revisión y adhesión por los principales agentes internacionales. 

El experto también pone de relieve la importancia de la eficiencia. “Se habla muy poco de ella, pero es muy importante”. En esta línea, se ha creado el concepto de corredores marítimos verdes (GSC), un marco de cooperación en el que puedan coordinarse las distintas partes interesadas necesarias para implementar un corredor verde. Los GSC no solo permiten una mayor coordinación y, por tanto, una mayor eficiencia, sino que posibilitan, por ejemplo, la introducción de etiquetas de transporte verde en los productos con el fin de generar un mayor atractivo en aquellos clientes sensibilizados con el medio ambiente

El transporte marítimo representa el 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y tiene en la descarbonización de las embarcaciones uno de sus mayores desafíos (FP).

Compromisos internacionales (y con el consumidor)

La Alianza de Compradores Marítimos de Emisiones Cero (ZEMBA) anima a otras compañías a sumarse a su concurso. El de los combustibles cero emisiones es un rumbo que el sector tendrá que tomar más temprano que tarde, en línea a los compromisos de la Organización Marítima Internacional (OMI), que ha acordado una reducción de un 20% de las emisiones de gases invernadero en el transporte marítimo para el año 2030 respecto a 2008. El destino final, según el Acuerdo de París, es ser cero emisiones en el 2050.

A los compromisos internacionales, hay que sumar la creciente presión por parte de los clientes del transporte marítimo. Según un estudio del Boston Consulting Group, el 82% están dispuestos a pagar una prima por un transporte sin emisiones de carbono. El porcentaje es 11 puntos porcentuales superior al mismo dato del 2021, pero el informe también señala que la cantidad que están dispuestos a pagar es insuficiente para avanzar hacia las cero emisiones para 2050.

“Como puerto cada vez vemos más la necesidad de urgencia de los cargadores de poder garantir/explicar a sus clientes que están haciendo esfuerzos para contratar cadenas de suministro cada vez más verdes y que, por tanto, están dispuestos a pagar más por unos servicios Premium en relación con la descarbonización”, afirma Carles Mayol, responsable de la División de Contenedores del Port de Barcelona.

El riesgo reputacional también ha llevado a la gran distribución a gestionar directamente el transporte de sus mercancías, alquilando sus propios barcos y contenedores. El motivo: solo uno de cada tres barcos cumplen con la fecha prevista de llegada y la escasez de productos en lineales y almacenes afectan directamente a la reputación de retailers o marketplaces.

El riesgo reputacional también ha llevado a la gran distribución a gestionar directamente el transporte de sus mercancías, alquilando sus propios barcos y contenedores (FP).

Unas emisiones que siguen en aumento

A pesar de las iniciativas en curso y de los compromisos adquiridos, la realidad es que las emisiones del transporte marítimo europeo crecieron un 3% en 2022, según las últimas informaciones de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E). La entidad achaca el incremento a la recuperación de los niveles previos a la pandemia de la Covid-19. “En general, a excepción de casos como los que hemos citado, todavía hay cargadores que se mantienen prudentes a la hora de aceptar costes extras relacionados con la descarbonización del transporte marítimo, aunque el actual contexto de niveles de fletes bajos favorece que haya otros actores que se vayan sumando poco a poco”, reconoce Carles Mayol. 

Y coincide Jordi Espín: “Hasta ahora los cargadores han centrado sus decisiones puramente en los costes, pero si la ZEMBA tiene éxito, podría darse el caso que se sumen más compañías o bien que surjan más iniciativas como esta”.

Sin embargo, Espín lanza una advertencia: “Es todavía una incógnita si la iniciativa ZEMBA conseguirá sus objetivos, de ello va a depender el grado de legitimación de este tipo de propuestas: si la alianza se mantiene estable y los socios mantienen sus propuestas de contratación en bloque a lo largo del tiempo, entonces podemos estar frente un cambio importante del mercado. Si por el contrario, al final los socios deciden acudir a las licitaciones de forma independiente, el impacto será mucho menor.