Escáneres no intrusivos: hacer visible lo invisible
Frente al contrabando y el transporte de mercancías peligrosas que ponen en riesgo la seguridad, la mejor defensa es la anticipación. Una de las herramientas más eficaces para evitar su entrada y salida son los escáneres de rayos X, encargados de radiografiar la carga de los contenedores con un nivel de sofisticación cada vez superior.
La importancia de los puertos como eslabón principal de la cadena logística es indudable, ya que por las instalaciones portuarias circulan el 60% de las exportaciones y el 85% de las importaciones españolas. Entre enero y octubre de 2019, los puertos del estado movieron un total de 466 millones de toneladas de mercancías.
Este volumen de tráfico puede suponer dos amenazas: la entrada y salida de contrabando y el quebrantamiento de la seguridad. Para mantener estas prácticas ilegales a raya, la tecnología más eficiente es la llamada la inspección no intrusiva de contenedores mediante escáneres de rayos X.
Sin ir más lejos, en lo que va de año, en el Port de Barcelona se han incautado 2.808 kg de cocaína, 740 kg de hachís y 25 vehículos robados. Las imitaciones de marcas de renombre no se quedan atrás, ya que en 2019 se interceptaron 34.632 kilos de productos falsificados, según datos facilitados por la Agencia Tributaria.
Vestigios de la Guerra Fría
La historia de la inspección no intrusiva está estrechamente vinculada a uno de los períodos de la historia reciente: la Guerra Fría.
En 2002, The Washington Post publicó que “expertos nucleares de Estados Unidos buscan en las repúblicas de la antigua Unión Soviética dispositivos que contengan cesio 137, pues la Administración norteamericana teme que éstos puedan caer en manos de extremistas que los usen para fabricar las llamadas bombas sucias”.
“Las bombas sucias son unos pequeños dispositivos del tamaño de un bolígrafo que podían ser escamoteados en cualquier sitio. Con el desmantelamiento de la Unión Soviética, se perdió mucho material fisible procedente de misiles y EE.UU. financió una serie de portales en muchos puertos europeos para controlar que todo lo que saliera o entrara no tuviera radiación”, explica José María Santolaya, Director General de Proselec Seguridad.
Aunque la instalación de estos dispositivos no es obligatoria, Barcelona es uno de los puertos de España que sí tiene un escáner de estas características. El puerto acaba de cambiar de modelo y ahora cuenta con uno de última generación, el Rapiscan Eagle M60 de Proselec Seguridad.
Es la Autoridad Portuaria quien se encarga de su compra, pero su operación es responsabilidad de Aduanas. En el mercado existen dos tipos de escáneres: fijos o móviles. En el caso del Port de Barcelona, el nuevo modelo corresponde a la segunda modalidad.
Un modelo único en España
Diseñado para llevar a cabo una inspección flexible, el Eagle M60 es el equipo móvil de alta energía más vendido en todo el mundo. Se trata de un camión construido sobre el chasis de un Mercedes Actros que despliega un arco con máquina de rayos X incorporada, tremendamente potente. Este modelo permite escanear camiones de dos formas: en modo conducción (drive by) o en modo portal (drive through).
En la primera, el conductor sale de la cabina y se dirige a un área de exclusión y es el Eagle M60 el que desplaza su arco por todo el camión a inspeccionar. En la segunda, el camión escáner no se mueve y es el otro vehículo el que cruza el arco. Según Santolaya, este sistema es mucho más rápido, ya que permite radiografiar 80 camiones cada hora por los 15 del modo conducción.
Sin embargo, el modo portal no puede utilizarse todavía en España. Al quedarse el conductor dentro del vehículo recibe una dosis -mínima- de la radiación que rebota en la carga. Aunque esta no supera los umbrales recomendados por el Consejo de Seguridad Nuclear, está actualmente bajo evaluación. Este sistema sí está permitido en otros países como Estados Unidos.
El resultado del escáner es inmediato y su sofisticado software permite obtener imágenes “de una claridad y precisión impresionantes”, añade Santolaya. Lo que facilita aún más el trabajo de los analistas, entrenados a partir de caso reales para identificar lo que se sale de lo habitual.
“Los analistas están en el camión o en las oficinas adyacentes del puerto. El Eagle M60 también está preparado para realizar análisis en remoto, ya que Aduanas tiene un proyecto de centralización que tiene como objetivo enviar todas las imágenes a las oficinas centrales de Madrid”, explica.
Otras características de este camión escáner es que su energía ha incrementado de cuatro a seis megaelectronvoltios, lo que le permite emitir un haz mucho más abierto para recoger la imagen entera del camión e incrementar su penetración en el acero hasta los tres centímetros, lo que limita la capacidad de los contrabandistas, que antes reforzaban determinadas zonas del vehículo para esconder el material ilegal.
“El resultado del escáner es inmediato y su sofisticado software permite obtener imágenes de una claridad y precisión impresionantes”
José María Santolaya, Director General de Proselec Seguridad
Innovaciones que incrementan la seguridad
Santolaya afirma que, gracias a estas mejoras, el control de los contenedores es más exhaustivo. “Con estas herramientas, el analista es más rápido a la hora de detectar anomalías y dar la orden para inspeccionar la carga. Aunque siempre hablamos de contrabando, en materia de seguridad es importante detectar no solo equipamiento que pueda ser utilizado de forma fraudulenta sino en qué zona del camión está la fuente radioactiva y de qué se trata”.
“Por ejemplo, si hablamos de radiación natural, el plátano es el elemento por antonomasia utilizado para esconder bombas sucias. Su alto contenido en potasio lo convierte en una fuente radioactiva que siempre enciende todas las alarmas pero que, a su vez, logra pasar los controles de inspección. Lo mismo sucede con los filtros de carbono para aguas, el material cerámico y algunos tipos de abono. Por eso es fundamental conocer el origen de la radiación” añade.
Las innovaciones tecnológicas también avanzan en este campo. Santolaya comparte que una de las principales novedades es el análisis por retrodispersión, que permite interactuar con la materia de tres maneras. Hasta hace poco, los rayos X solo analizaban la energía que absorbe y transmite un objeto.
La retrodispersión va un paso más allá. Permite analizar los rayos que cambian de dirección y de energía al rebotar con el objeto escaneado, ampliado las posibilidades y la calidad del análisis. Esto es muy útil para detectar narcóticos, explosivos, compuestos de nitrógeno o tabaco, ya que tienen un número atómico bajo, entre cuatro y diez, que los hacen pasar desapercibidos.