La verdadera innovación del 5G no es tecnológica, es empresarial
El gran salto del 5G respecto a la generación anterior 4G es, además de tecnológico, el de un modelo de negocio basado en el B2C a uno enfocado en el B2B. Ya no serán solo las personas las que utilicen este servicio de internet móvil sino que la conectividad se amplía a los dispositivos, industriales y domésticos. El 5G hace posible el llamado Internet de las Cosas, además de facilitar que los vehículos actúen de forma autónoma. ¡Y detrás ya viene el 6G!
Daniel Camps es Director de Mobile Wireless Internet de la Fundación i2CAT
¿Qué es el 5G y en qué se diferencia del 4G?
- La visión del 5G es la de una red enfocada en el Business to Business (B2B), capaz de dar soporte a servicios hasta ahora impensables con el 4G. Por ejemplo, la capacidad para conectar multitud de dispositivos del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) para uso industrial gracias a su baja latencia y que estos interactúen entre ellos.
- En el caso de los vehículos conectados o autónomos será necesario que terceros faciliten servicios de teleconducción para controlar el vehículo en remoto. Este servicio será necesario en el nivel SAE 3, pensado para situaciones de conducción muy monótonas y repetitivas, como la conducción en atascos.
- A día de hoy, la vertiente más evolucionada del 5G es el propio servicio al consumidor de a pie (Business to Consumer o B2C) en lo que respecta al internet móvil. A pesar de que existe una visión del 5G como infraestructura crítica, lo cierto es que el IoT aplicado a los vehículos rodados se encuentra todavía en una fase embrionaria.
¿Por qué el 5G facilita nuevos modelos de negocio?
A pesar de que el cambio tecnológico permitirá esta nueva comunicación entre dispositivos, la cobertura móvil de quinta generación plantea también un cambio de negocio entre operadoras y el cliente final que involucra a los reguladores nacionales y a sus políticas de democratización digital.
Alemania, por ejemplo, ha legislado para que las empresas puedan solicitar licencias privadas de 5G en la gama de frecuencias de 3700-3800 MHz y permitir que la industria 4.0 pueda operar sus dispositivos IoT industriales sin interferencias en la red. Otros países como Reino Unido y Estados Unidos, han optado por el mismo camino, aunque no es el caso de España.
Liberar el espectro de 5G para uso privado requiere de modelos innovadores y es una puerta de entrada para otros agentes como los integradores de sistemas. Esto genera un nuevo mercado responsable de facilitar e integrar la comunicación crítica del 5G que estaba reservada exclusivamente al operador de telefonía.
Además de los nuevos servicios B2B, otro aspecto clave en 5G es cómo garantizar el despliegue en zonas rurales para así evitar la brecha digital. Aquí, un nuevo jugador es la figura del operador neutro, que actúa como mayorista de telecomunicaciones.
¿Qué es un operador neutro?
Un ejemplo es el propuesto por Neutroon, que conjuntamente con la Asociación Nacional de Operadores Locales de Telecomunicaciones (AOTEC) buscar impulsar el 5G en las zonas rurales, para que llegue de forma simultánea que en las grandes urbes.
El operador neutro sería el encargado de crear y mantener toda la infraestructura de red en el municipio: torres, estaciones base, fibra óptica de interconexión, además de desplegar la red. La infraestructura neutra puede ser accedida por los clientes de los varios operadores móviles nacionales. La entrada de nuevos modelos genera ciertas reticencias de hacia este nuevo jugador porque las operadoras consideran que pueden convertirse en ‘captivos’ del operador neutro.
La mayor o menor liberalización del mercado puede condicionar la decisión de grandes multinacionales a la hora de escoger un nuevo destino para sus fábricas. Pueden también agregar o restar competitividad a aquellos países más innovadores en su estrategia de liberar o no, espectro 5G para su uso privado.
El 5G permitirá evolucionar de un modelo de negocio B2C, basado en el internet móvil, a uno enfocado en el B2B que posibilitará la conexión y comunicación entre dispositivos
Y después del 5G... ¡el 6G!
Aunque el 5G todavía no se ha desplegado, ya se empieza a definir cómo será la sexta generación de red móvil; el 6G.
Las bases del 5G empezaron a definirse en 2010 y 2020 fue el año del despliegue de su operativa, ya que la irrupción de cada generación sucede en ciclos que transcurren cada diez años. El organismo 3GPP es el encargado de estandarizar una generación a la que se introducen mejoras cada 18 meses.
¿Cuándo llegará el 6G?
Siguiendo esta cronología, el 6G debería implementarse hacia 2030 y por lo tanto, nos encontramos en el inicio de un nuevo ciclo que requiere de una nueva visión que se está debatiendo en estos momentos. La próxima generación será la que posibilite modelos como los gemelos digitales, la representación virtual de un entorno físico que permite simular lo que está sucediendo a tiempo real mediante sensores, LIDAR o cámaras y una red que posibilite esta infraestructura crítica de telecomunicaciones.
¿Por qué quiere Elon Musk el 6G?
Uno de los aspectos que se barajan es que el 6G sea, además de una red de comunicación, una infraestructura capaz de censar todo aquello que sucede en su entorno, según las frecuencias disponibles, generando así los datos necesarios para alimentar a los gemelos digitales.
Otra característica sería la de alcanzar el objetivo de la llamada ‘cobertura universal’. Esto implicaría su integración en infraestructuras de satélites como la que está desarrollando Elon Musk con Starlink, por ejemplo y el satélite lanzado por la empresa Sateliot (Enxaneta), que busca dar servicio 5G IoT para dispositivos de bajo consumo y sin requerimientos estrictos de latencia.
Por último, otro tema central del 6G será la eficiencia energética, ya que a pesar de que el 5G ya mejora en este aspecto al 4G, incrementar la velocidad de transmisión supone un mayor número de antenas necesarias y acaba generando un mayor consumo energético de la red.
Sin embargo, esta nueva generación no se desplegará hasta pasado el 2030. De momento, si nos centramos en el presente, los mayores retos del despliegue del 5G a gran escala no son solo tecnológicos sino que están condicionados por contextos comerciales y legales que definirán su impacto real en la industria 4.0.