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El bloqueo del canal de Suez: un aviso a navegantes

El bloqueo del Canal de Suez ha subrayado la importancia de esta infraestructura como vía de paso para la economía mundial y, en especial, para la europea. Con el incremento exponencial del comercio exterior europeo con Asia y la lenta, pero inexorable, reducción proporcional de los intercambios con América, el Canal de Suez es aún más importante para Europa que durante la convulsa segunda mitad del siglo XX, en concreto durante los conflictos árabe-israelíes, que implicó su cierre durante largos periodos.

Publicado el 01.04.2021

Jordi Torrent es el Director de Estrategia del Port de Barcelona.

El incidente del canal de Suez provocará a corto plazo cambios en las rotaciones de líneas marítimas, congestión en puertos y problemas operativos que no son nuevos en las dársenas europeas. (Creative Commons)

La importancia del Canal de Suez radica en el crecimiento de los intercambios comerciales con Asia y su mayor fragilidad ante el aumento de las dimensiones de los buques, en especial portacontenedores y graneleros energéticos, que no pueden pasar por otras vías de comunicación, como por ejemplo el Canal de Panamá.

El gigantismo de los barcos mercantes ha permitido un crecimiento exponencial del comercio internacional y, por ende, la reducción de la pobreza global, de los costes logísticos y de las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG) por unidad o tonelada transportada. Sin embargo, también comporta riesgos, tal y como se ha podido comprobar.

El tamaño de los portacontenedores: ¿un punto de inflexión?

El reciente incidente del buque Ever Given, que bloqueó el Canal de Suez durante seis días, afectando a más de 200 embarcaciones, pone de actualidad, al menos, tres cuestiones que llevan debatiéndose cada vez con más intensidad en los últimos años.

La primera hace referencia al propio gigantismo de los buques, que tanto contribuye a una mayor eficiencia medioambiental, operativa y financiera del transporte marítimo mundial pero que, a su vez, supone un riesgo elevado por la concentración de la carga de buena parte de los exportadores e importadores europeos en un único barco. 

¿Estamos en un punto de inflexión? ¿Los barcos mercantes dejarán de crecer como lo han hecho en las últimas dos décadas? ¿Se producirá un fenómeno parecido al experimentado por el transporte aéreo, en que el avión más grande (A-380) ha dejado de fabricarse? 

Tal y como sucedió con el transporte aéreo, hace años que el transporte marítimo ha dejado de navegar a la máxima velocidad posible, generando paralelismos entre la desaparición del Concorde y la extendida práctica del slow steaming o vapor lento. ¿Podría ser que el incidente del Ever Given en el Canal de Suez contribuya a aminorar, o incluso detener, la tendencia a construir barcos cada vez más grandes?

 

¿Llegó la hora de buscar rutas alternativas entre Europa y Asia?

Desde que el gobierno chinó aprobó e impulsó el proyecto del Belt and Road Initiative (BRI), el crecimiento de la ruta ferroviaria entre China y Europa cuenta con un nuevo impulso por parte de algunos clientes que querrán diversificar sus rutas de transporte y cadenas de suministro. 

¿Hasta dónde puede crecer la conexión ferroviaria euroasiática? ¿Es sostenible sin el apoyo financiero de las autoridades públicas chinas? Por otra parte, ¿cuándo se empezará a utilizar masivamente la ruta del Cabo de Buena Esperanza otra vez? Nigeria, por ejemplo, ya cuenta con más población que España, Italia y Francia juntas y una clase media creciente. Parece que solo es cuestión de tiempo que se desarrollen e incrementen los servicios marítimos regulares entre Asia y los países del golfo de Guinea. Y la Ruta Ártica será una realidad más tarde que pronto debido, desafortunadamente, al cambio climático.

EL bloqueo del Canal de Suez duró seis días y ha afectado a más de 200 embarcaciones. (ESA)

Los puertos y las cadenas logísticas deben acostumbrarse a disrupciones cada vez más frecuentes. En los últimos años han sobrevivido a ciberataques, pandemias, volatilidad extrema de los precios de los fletes y, ahora, el bloqueo del Canal de Suez

Necesidad de diversificar las fuentes de aprovisionamiento

Múltiples voces en Europa han apuntado la necesidad de diversificar las fuentes de aprovisionamiento de productos, especialmente aquellos de alto valor estratégico, como puede ser el material médico. El incidente de estos días pone más de relieve, si cabe, esta cuestión. 

En los últimos años, por ejemplo, empresas cuya logística está centralizada en Europa y su producción descentralizada en Asia ya han acercado parte de su producción al Mediterráneo (Marruecos y Turquía principalmente) para acortar los tiempos de tránsito y poder hacer frente con más facilidad a las necesidades de los consumidores por vía electrónica.

¿Podría ser que el incidente del Ever Given contribuya a aminorar o detener la tendencia a construir barcos cada vez más grandes? (Creative Commons)

Sin embargo, ¿pueden actuar de la misma forma las empresas cuya logística está descentralizada? ¿Es factible el nearshoring cuando el mayor volumen de clase media mundial está o pronto estará en Asia y la innovación tecnológica en los países del Extremo Oriente avanza a pasos gigantescos?

A falta de determinar las responsabilidades e indemnizaciones correspondientes, el incidente del canal de Suez, resuelto felizmente el 29 de marzo, provocará a corto plazo cambios en las rotaciones de líneas marítimas, congestión en puertos y problemas operativos que no son nuevos en las dársenas europeas. 

Las disrupciones de todo tipo son cada vez más frecuentes y en los últimos años hemos sobrevivido a ciberataques, pandemias, volatilidad extrema de los precios de los fletes marítimos y, ahora, el bloqueo del Canal de Suez. Por lo tanto, los puertos y las cadenas logísticas deben acostumbrarse a este tipo de situaciones. Como se ha visto en los últimos cinco años, esto puede llegar a ser el pan nuestro de cada día. Bienvenidos a un mundo globalizado, interconectado y disruptivo.