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Lo que el pulpo (sostenible) nos puede enseñar: el sector pesquero se sube a la ola de la economía azul

La economía azul ofrece a los sectores relacionados con la captura, la distribución y la comercialización de pescado y marisco una vía para aprovechar la riqueza de los océanos sin poner en riesgo el medioambiente ni el crecimiento económico. Una vía de innovación y sostenibilidad que resulta cada vez más rentable para empresas y pesquerías.

Publicado el 07.07.2022
Existen tres criterios para medir la sostenibilidad de las pesquerías: el estado de las poblaciones de peces, su impacto ambiental y la gestión de las propias pesquerías. (GettyImages)

Cuando se habla de la sostenibilidad del comercio de pescado y marisco, siempre se acaba liando la del pulpo. En concreto, el debate surgido a raíz de proyectos de cría en cautividad del pulpo para su comercialización y consumo, justo cuando se puso de moda un documental sobre un pulpo muy especial

Parece ser que el mar, además de una gran fuente de riquezas y alimentos, también es fuente de debate. Ese debate puede ser inagotable, pero no lo son los recursos del océano. En las últimas décadas, la sobreexplotación marina ha puesto en riesgo el equilibrio y la salud de sus ecosistemas. 

“Desde el punto de vista de la biodiversidad, la situación no es buena”, indica Laura Rodríguez, directora de Marine Steward Council (MSC) en España y Portugal. “La FAO indica que un tercio de las poblaciones de peces evaluadas están sobreexplotadas. Se trata de una tendencia que ha ido en aumento desde los años 70, cuando el porcentaje era del 10 %”. 

El primer paso para darle la vuelta a esta situación es adoptar un cambio de mentalidad en relación a la importancia de la sostenibilidad y el cuidado de los ecosistemas. Algo que ya ha empezado a notarse en el tejido empresarial de numerosos países, entre ellos España. 

De hecho, aquí va un pequeño gran ejemplo, siguiendo con el ejemplo de los octópodos,​​ la venta de pulpos certificados con el sello de la ONG MSC por parte de pesquerías artesanales asturianas alcanzó un precio entre un 15 y un 24,5 % más alto que la de los no certificados.

Una de cada diez personas en todo el mundo depende de la pesca

A lo largo de las últimas décadas, la demanda global de pescado y marisco ha aumentado la presión que la acción humana ejerce sobre los océanos. Esto ha condicionado la supervivencia de especies, ha dañado numerosos ecosistemas y ha puesto en riesgo los medios de vida de millones de personas.  

Se calcula que, hoy en día, una de cada diez personas de todo el mundo depende de la pesca para su sustento. El porcentaje aumenta en el hemisferio sur, en donde una gran cantidad de familias basan sus dietas y sus fuentes de ingresos en los productos que extraen de las aguas. 

Tal y como recuerdan desde la ONG, que trabaja para establecer un estándar mundial para la pesca sostenible, esto se suma a otros problemas que pueden alterar la situación de los ecosistemas y generar cambios profundos en los estados de las poblaciones marinas. Por ejemplo, el cambio climático.

“Hemos visto un cambio muy grande. Durante los últimos cinco años, tanto el sector pesquero como el empresarial han asumido que la sostenibilidad debe ser una parte fundamental de sus estrategias, que deben desarrollar políticas de sostenibilidad dentro de sus empresas y que la pervivencia de sus negocios va a depender de la salud de los océanos”, señala Rodríguez.

Mantener los océanos sanos y evitar la sobreexplotación de las especies es uno de los principales retos para alimentar a la creciente población del planeta durante las próximas décadas. Esto implica plantear cambios en el modo en que se extraen, se comercializan y se consumen pescado y marisco. 

La FAO indica que un tercio de las poblaciones de peces evaluadas están sobreexplotadas, una tendencia en aumento desde los años 70, cuando el porcentaje era del 10 %

Seafood y economía azul: empresas pesqueras, comercializadoras, puertos, lonjas… y consumidor

El Banco Mundial define la economía azul como aquella que hace un uso sostenible de los recursos oceánicos para favorecer tanto el crecimiento económico como la mejora de los medios de vida y la salud de los ecosistemas. Para el sector del pescado y el marisco, supone la oportunidad de proporcionar alimento sin poner en riesgo los recursos del planeta.

De acuerdo con la directora de MSC, el cambio de mentalidad para que estos sectores ganen en sostenibilidad ya es una realidad. Ahora son necesarias políticas con objetivos ambiciosos, cuantificables y transparentes.

Una de cada diez personas depende de la pesca para su sustento, un porcentaje que aumenta en el hemisferio sur. (GettyImages)

Además, los diferentes agentes que forman parte de la larga cadena de pesca y comercialización de los productos del mar juegan un papel fundamental para contribuir a esta mejora. “El primer paso para transformar estos sectores deben darlo las empresas pesqueras, al evaluar cuáles son los impactos de su actividad y reducirlos”, explica Rodríguez. 

El segundo paso corresponde a las empresas comercializadoras. “Uno de los grandes retos es que conozcan bien la cadena de suministro. De dónde vienen el pescado y el marisco, en qué condiciones se han capturado, etcétera. Es decir, lograr una mayor transparencia en la trazabilidad”, continúa la directora de la ONG. 

En este punto, los puertos y las lonjas tienen la capacidad de inclinar la balanza hacia el lado de la sostenibilidad. “Son la puerta de entrada al pescado y el marisco en tierra y, por lo tanto, actores fundamentales para luchar contra la pesca ilegal. Verificando la información en la primera venta pueden asegurar que se cumpla la legislación y que los productos extraídos ilegalmente no entren en la cadena comercial”, señala Rodríguez.

El último eslabón de la cadena es el consumidor, quien también tiene un papel de responsabilidad a la hora de elegir los productos que adquiere. Una opción para asegurarse de que el pescado y el marisco que se consume está ligado a los principios de la economía azul es prestar atención a los sellos que lo avalan. 

Proyectos y empresas que marcan tendencia en la pesca sostenible

Para medir la sostenibilidad de las pesquerías, MSC se basa en tres criterios: el estado de las poblaciones de peces, su impacto ambiental y la gestión de las propias pesquerías. En los 12 años que la ONG lleva trabajando en España, más de 300 empresas de flotas de bacalao, bonito del norte, anchoa o atún, entre otras, han obtenido su certificación.

“Hemos visto una evolución positiva, pero moderada. En otros países de nuestro entorno, que cuentan con patrones de consumo de pescado y marisco similares a los de España, los valores son más altos. Necesitamos que la presencia de pescado con sello azul sea más relevante y que los consumidores puedan encontrarlos en más establecimientos”, señala Rodríguez.

Los puertos y las lonjas son fundamentales para luchar contra la pesca ilegal. (GettyImages)

Análisis de las pesquerías francesas y españolas

Con este objetivo y junto a WWF, la ONG ha creado el Proyecto Medfish para realizar un análisis de las pesquerías francesas y españolas del Mediterráneo y, con los datos obtenidos, establecer un plan de acción para acometer mejoras de sostenibilidad. Además, Medfish trabaja con agentes de la cadena de suministro para aumentar la demanda de productos de pesca sostenible y potenciar su comercialización. 

En el sector empresarial, una de las compañías que destaca por su sostenibilidad es Frime. Una empresa comercializadora de atún que utiliza técnicas de pesca sostenibles y se basa en el desarrollo y el I+D para optimizar sus operaciones. 

En materia de sostenibilidad, la empresa se apoya en cinco compromisos: usar de forma eficiente sus recursos energéticos, potenciar la economía circular, reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), limitar el desperdicio de materia prima y otros recursos y minimizar su impacto en el mar. 

En términos de innovación, la empresa hace uso de tecnologías y herramientas como rayos X o visión artificial para asegurar, entre otros aspectos, la fiabilidad del etiquetado de sus productos. Algo fundamental para garantizar la transparencia y la correcta trazabilidad del pescado capturado de forma sostenible. 

Los beneficios de la economía azul en la pesca

La pesca y la acuicultura sostenibles presentan numerosas ventajas, entre las que destacan la protección de la fauna marina, la contribución a la seguridad alimentaria y la reducción de la contaminación. Pero, además, ofrecen muchos otros beneficios de carácter socioeconómico. 

Como hemos comentado, de acuerdo con el estudio ‘Evidence of price premium for MSC-certified products at fishers’ level: The case of the artisanal fleet of common octopus from Asturias (Spain)’, elaborado por la Universidad de Cantabria, la venta de pulpos certificados con el sello de MSC por parte de pesquerías artesanales asturianas alcanzó un precio considerablemente más alto que la de los no certificados, hasta casi un 25% más.

“A raíz de este estudio constatamos que las pesquerías que contaban con productos certificados obtenían no sólo un precio más alto en lonja, sino también otros beneficios que generan valor añadido y pueden empoderar al sector primario”, señala Rodríguez. “Por ejemplo, conseguían más capacidad de negociación, fortalecían la capacidad organizativa de las cofradías y mejoraban su comunicación con la administración y las instituciones científicas”. 

La bolsa sube si la red de pesca es sostenible

Por otro lado, el estudio ‘How Do Investors Value Firms’ Decisions on Obtaining an Eco-label? Evidence from the Fishing Industry’, elaborado por la misma universidad, muestra cómo la obtención de una certificación independiente mejora la cotización de las empresas en bolsa.

“Es algo que nosotros también percibimos de forma informal: a raíz de la certificación, estas empresas acceden a mejores mercados y a mejores precios”, señala la directora de MSC. “Además, se da otro beneficio muy importante: al hacer mejoras en materia de sostenibilidad, el propio personal de las compañías empieza a comprender su importancia y a hacer otros cambios que van más allá de los que rigen las certificaciones”.