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Hidrógeno, el combustible de la Europa sostenible llega a los puertos

La Unión Europea se ha marcado el año 2050 como meta para que el hidrógeno sea explotado en usos diversos como combustible sostenible. Los puertos pueden jugar un papel fundamental para impulsar el hidrógeno como energía de emisiones cero. No obstante, el camino para implementarlo no está exento de obstáculos, sobre todo su aplicación como combustible para el transporte no terrestre.

Publicado el 30.07.2020
El despliegue a gran escala del hidrógeno sería clave para que la UE logre sus objetivos climáticos. (Gettyimage)

Además de ser cero emisiones, el hidrógeno renovable puede emplearse en la industria, el transporte, la electricidad y la construcción, cualidades que lo convierten en la energía elegida para cumplir con el Pacto Verde Europeo, tal y como recoge A Hydrogen Strategy for a climate-neutral Europe, el plan de la Comisión Europea que quiere dar un empujón definitivo a la producción de este gas, que de momento es limitada y depende, en gran medida, de los combustibles fósiles.

Y es que eliminar la contaminación y reducir la dependencia de los combustibles fósiles son dos puntos subrayados en rojo en el calendario europeo hacia la neutralidad climática. Para alcanzar este fin, el continente está en proceso de transformar su sistema energético, actualmente responsable del 75% de las emisiones de carbono del continente. Aquí es donde el hidrógeno juega un papel importante.

Uno de los principales usos del hidrógeno en el futuro será el transporte, donde puede resultar una opción interesante cuando la electrificación resulte difícil. Por ejemplo, se desarrollará su empleo en vehículos pesados, incluidos autocares y autobuses, transporte de larga distancia por carretera o también se en el transporte ferroviario y como combustible para el transporte fluvial y el transporte marítimo de corta distancia.

 

Uno de los principales usos del hidrógeno en el futuro será el transporte. (EC - Audiovisual Service)

“El hidrógeno cumple con varios requisitos: es el combustible más limpio, tiene la capacidad de producir y almacenar electricidad de forma más eficiente y, tal como sucede con el gas natural, puede transportarse mediante tuberías”, explica Jordi Vila, Jefe de Medio Ambiente del Port de Barcelona.

Una implementación escalonada

El despliegue a gran escala del hidrógeno sería clave para que la UE logre sus objetivos climáticos y descarbonice sectores dependientes de los combustibles fósiles que generan un alto nivel de emisiones de CO₂. La prioridad consiste en desarrollar el hidrógeno renovable, producido utilizando principalmente energía eólica y solar. Sin embargo, a corto y medio plazo se necesitan otras formas de hidrógeno producido mediante combustibles fósiles para reducir rápidamente las emisiones y apoyar el desarrollo de un mercado viable.

Europa es muy competitiva en la fabricación de tecnologías de este gas. Las inversiones en hidrógeno renovable podrían alcanzar entre 180.000 y 470.000 millones de euros de aquí a 2050. Además, los analistas estiman que el hidrógeno renovable podría copar el 24% de la demanda mundial de energía en 2050.

Aun así, su implementación presenta varios retos. El primero es que, de momento, el hidrógeno renovable no es competitivo en cuanto a precio comparado con el de origen fósil. Los costes actuales estimados del segundo se sitúan en torno a 1,5 euros/kg para la UE, mientras que los del hidrógeno renovable están entre 2,5 y 5,5 euros/kg. Sin embargo, los costes han ido abaratándose un 60% en los últimos diez años y se espera que se reduzcan en un 50% más en 2030.

Otro reto es su papel como combustible para el transporte no terrestre. Tal y como apunta el experto del Port de Barcelona, Jordi Vila, el principal problema para barcos y aviones es su almacenamiento, ya que se trata de un elemento ligero que tiene que mantenerse a una temperatura mínima de -250⁰C. “Una solución en desarrollo es almacenarlo en líquidos portadores de hidrógeno como el amoníaco o el metanol, que pueden guardarse a mayor temperatura, e ir extrayéndolo y quemándolo a medida que se necesita”, continúa.

"El hidrógeno es el combustible más limpio, tiene la capacidad de producir y almacenar electricidad de forma más eficiente y puede transportarse mediante tuberías”
Jordi Vila, Jefe de Medio Ambiente del Port de Barcelona

La Comisión Europea planea una implementación paulatina, definida en tres fases en las que se deben cumplir diferentes objetivos:

- Entre 2020 y 2024: la Comisión apoyará la instalación de al menos seis gigavatios de electrolizadores de hidrógeno renovable en la UE y la producción de hasta un millón de toneladas. El objetivo es descarbonizar el hidrógeno para sus usos actuales.

- Entre 2025 y 2030: el sistema energético integrado debe contar con un mínimo de cuarenta gigavatios de electrolizadores de hidrógeno renovable y una producción de hasta diez millones de toneladas, ampliándose su empleo a nuevos sectores.

- Entre 2030 y 2050: se espera que las tecnologías de hidrógeno renovable alcancen su madurez y se desplieguen a gran escala en los sectores en los que otras alternativas son de más compleja implementación.

Uno de los principales instrumentos para el desarrollo del hidrógeno renovable es la creación de la Alianza Europea por un Hidrógeno Limpio, que será la responsable de hacer realidad esta estrategia creando una cartera de proyectos de inversión al respecto. Su finalidad es la de integrar toda la cadena del valor del hidrógeno, incluyendo la industria, las administraciones públicas locales y nacionales, la sociedad y otros agentes del entorno.

Los puertos, agentes de cambio

“El transporte marítimo siempre empieza y acaba en un puerto, por lo tanto, tenemos cierto poder de influencia como promotores del uso de combustibles alternativos no contaminantes en la cadena logística”, explica Vila.

En este sentido, el Port de Barcelona participa activamente en varias iniciativas. A nivel global, forma parte de dos mesas de trabajo de la World Ports Climate Action Program sobre Onshore Power Supply (OPS) y nuevos combustibles de propulsión cero emisiones. A nivel estatal, es miembro de la Iniciativa Tecnológica Prioritaria del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y, por último, participa de la Taula de l’Hidrogen de Catalunya junto a más de 150 empresas y organizaciones.

 

Varios puertos están trabajando para incorporar el hidrógeno en sus instalaciones. (World Ports Sustainability Program)

Varios puertos trabajan para incorporar esta energía en sus instalaciones. El más activo es el puerto de Rotterdam, epicentro europeo de la industria petroquímica. Actualmente, cuenta con cinco refinerías de Shell Nederland, ExxonMobil, Koch HC Partnership, British Petroleum y Gunvor Petroleum Rotterdam en sus instalaciones, además de oleoductos que conectan con otras cinco refinerías de Holanda y de las vecinas Bélgica y Alemania.

Con el fin de convertirse en un referente de la descarbonización, ha diseñado una estrategia que apunta hacia varios frentes. En colaboración con empresas como Shell y Gasunie, el puerto está construyendo la mayor planta de hidrógeno de Europa que le permitirá producir, importar, emplear y transferir este gas a través de una tubería que se conectará a la red nacional. Está previsto que comience a operar en 2023.

También planea aumentar su capacidad de producir electrolizadores en 150-250 MW y generar 2GW de energía eólica marina. Ambos destinados a la producción de hidrógeno. Otra medida encaminada a la producción es la conversión de gas natural y gas de refinería en hidrógeno, almacenando el CO2 emitido en campos de gas situados debajo del mar del Norte.

Otro proyecto es el iniciado con Air Liquide, que habilitará 1.000 camiones de cero emisiones propulsados por hidrógeno en las carreteras que conectan los Países Bajos, Bélgica y Alemania Occidental en 2025. Este es uno de los proyectos más importantes de Europa en el desarrollo de camiones de hidrógeno y contribuirá a mejorar la calidad del aire al reducir en una cantidad estimada de más de 100,000 toneladas de emisiones de CO2 por año.

También en Holanda, país cuyo gobierno ha diseñado una estrategia para implementar el hidrógeno a gran escala, los puertos de Groningen, Amsterdam y Den Helder se han asociado bajo el nombre de “Hydroports” para poner en marcha varios planes piloto con este gas como protagonista.

Existen otros ejemplos alrededor del mundo. Elektra, un remolcador del puerto de Hamburgo que se propulsa gracias una pila de combustible y batería de hidrógeno. Por su parte, la Autoridad Portuaria de Los Ángeles, con el apoyo de Toyota, Kenworth y Shell, está estableciendo una red de tecnología de celdas de combustible y electricidad generada por hidrógeno para el transporte de mercancías. En España, el Puerto de Valencia está trabajando en tres pilotos en este sentido como parte del programa H2PORTS.

“Unidos, los puertos podemos ser agentes que generen este cambio. Tal y como sucedió cuando apostamos por el gas natural, los barcos adoptaron este combustible cuando se les garantizó un suministro seguro, abundante y económico. Por eso tenemos un papel importante que jugar”, concluye Vila.