Temas

A

Buscar

El cálculo de externalidades en el transporte: como la intermodalidad reduce significativamente los costes externos

778 millones de euros. Este es el importe estimado del ahorro en externalidades negativas que ha supuesto para la sociedad y el medio ambiente el uso del transporte ferroviario y del transporte marítimo de corta distancia o short sea shipping (SSS) en el Port de Barcelona durante 2020. Con estos servicios intermodales se han conseguido retirar aproximadamente 330 mil camiones de la carretera, con la consecuente reducción del impacto ambiental y de otros costes que esto representa. En total, un 97% menos de costes externos del transporte. Explicamos la metodología empleada con el asesoramiento de la consultora especializada MCRIT.

Publicado el 01.07.2021

Noelia Martín es Responsable de Hinterland, Estrategia de Negocio en el Port de Barcelona.

Efrain Larrea es Ingeniero consultor de transporte y sostenibilidad en MCRIT.

Los resultados de la evaluación de externalidades demuestran que el transporte por carretera tiene un impacto negativo muy superior al ferrocarril y transporte marítimo. (PierNext/GettyImages)

¿Qué son las externalidades? 

Los costes externos o externalidades son los costes sociales generados por las operaciones de transporte debido a su impacto negativo, tanto a nivel local como global, sobre el medio ambiente y el bienestar de la sociedad. Se trata de las emisiones de CO₂ y la polución y también de los accidentes, la pérdida de tiempo por la congestión, el ruido y el desgaste de las infraestructuras, principalmente. 

Estos costes no se perciben como tales y no están siendo asumidos directamente por el usuario, a diferencia de los llamados costes internos, como son el desgaste del propio vehículo, el coste del combustible, el tiempo y las tarifas del transporte, entre otros. Si el usuario no tiene en cuenta los costes externos cuando toma una decisión de transporte no tiene ningún incentivo para reducirlos utilizando modos de transporte alternativos más sostenibles con el medio ambiente y la sociedad.

¿Qué dice la Comisión Europea?

Ya hace unos años que la política europea de transportes aborda la mejora de la sostenibilidad del sistema de transportes. Recientemente, el 2020, la Comisión Europea publicó su Estrategia de movilidad sostenible e inteligente (COM 2020 789 final) para la descarbonización del sector, en línea con el Pacto Verde Europeo y que aspira a la neutralidad climática para 2050 y una reducción del 90% de las emisiones derivadas del transporte respecto a 1990. Por eso promueve numerosas iniciativas, como la internalización de los costes externos del transporte mediante el concepto de “quién contamina paga” y el trasvase de tráficos hacia modos de transporte más sostenibles, favoreciendo el transporte ferroviario y el fluvial y/o el marítimo cuando sea posible. La Comisión propone impulsar el transporte de mercancías por ferrocarril, que tiene que duplicarse para 2050, fomentar la intermodalidad y hacer más sostenible, inteligente y resiliente el transporte marítimo de corta distancia. 

En este contexto, la cuantificación de los costes externos vinculados a los diferentes modos de transporte es clave para establecer cualquier medida de internalización y valorar el impacto en la mejora de la sostenibilidad del trasvase modal de la carretera al ferrocarril y el transporte marítimo de corta distancia. La Comisión ha desarrollado una metodología para estos cálculos, como veremos a continuación, y desde el Port de Barcelona la hemos utilizado para cuantificar el ahorro en externalidades fruto de la oferta intermodal del Port.

La externalidades son los costes sociales generados por las operaciones de transporte debido a su impacto negativo, local y global, sobre el medio ambiente y la sociedad. (PierNext/GettyImages)

Cómo se calculan las externalidades

El procedimiento empleado está basado en la metodología de cálculo oficial de la Comisión Europea, el Handbook on the external costs of transport, que se va actualizando y mejorando de manera periódica. La última versión es del 2019.

En esta metodología se realiza un análisis muy detallado de los costes marginales que supone cada nueva unidad de transporte introducida en las redes de distribución, ya sea por carretera, ferrocarril o vía marítima. Se valora de manera individual, con estudios científicos rigurosos, el impacto en varios elementos que configuran lo que denominamos las externalidades del transporte y se acaba asignando un precio. Esto permite establecer el coste unitario de transporte de las mercancías en términos de externalidades para cada modo, poniendo en relieve las importantes diferencias que existen entre estos modos.

Los siguientes elementos se incluyen en el cálculo:

  • Congestión – añadir nuevo tráfico aumenta los tiempos de recorrido y esto genera un perjuicio económico.
  • Contaminación – el transporte con combustibles fósiles genera gases que causan enfermedades e incluso muertes.
  • Cambio climático – la quema de combustibles fósiles para el transporte añade gases de efecto invernadero a la atmósfera, acelerando el cambio climático. 
  • Ruido – especialmente en entornos urbanos, el ruido asociado al movimiento de vehículos afecta la vida de las personas de manera negativa.
  • Accidentes – el incremento de tráfico se traduce en un mayor número de accidentes, con un perjuicio económico, y muy a menudo víctimas.
  • Infraestructuras – el tráfico acelera el desgaste de las infraestructuras. Esto se recupera parcialmente en las carreteras de peaje con el pago de las tarifas, pero no en el resto de la red que suele ser de libre circulación.
  • Procesos avant-post – ciertos procesos previos y posteriores al transporte, relacionados directamente, tienen un impacto ambiental. Estos procesos incluyen el despliegue de la energía necesaria hasta los vehículos (combustibles/electricidad), que se conoce como “well-to-tank emisiones”, y la fabricación, mantenimiento y eliminación de los vehículos e infraestructuras utilizados en el transporte.

Los resultados de esta metodología de evaluación de las externalidades demuestran que el transporte por carretera tiene un impacto negativo muy superior al del ferrocarril y el transporte marítimo, hasta 10 veces superior por cada tonelada y kilómetro transportados. La siguiente tabla muestra los valores medios de externalidades por cada uno de los modos:

Tabla 1 Valoración económica de las externalidades por concepto y modo en c€/tonelada-km:

Modo Congestión Accidentes Cambio climático Ruido Contaminación Procesos avant-post Infraestructura Total
Carretera 0,10 0,06 0,46 0,01 8,20 2,20 0,65 11,70
Ferrocarril 0,00 0,10 0,00 0,00 0,10 0,20 0,50 0,90
SSS 0,00 3,70 0,20 0,00 0,40 0,10 0,00 0,70

 La Comisión propone impulsar el transporte ferroviario de mercancías, que tiene que duplicarse para 2050, y fomentar la intermodalidad

Cálculos medioambientales

La estimación del impacto del uso del ferrocarril y los SSS en términos de externalidades depende de cada ruta individual, ya que elementos como la distancia recorrida por cada modo condicionan los resultados que se obtendrán. Se realiza con los valores de la tabla anterior y el siguiente algoritmo de cálculo:

  1. Seleccionamos la ruta que queremos evaluar identificada por el punto de origen y de destino.
  2. Obtenemos las distancias de recorrido del trayecto por carretera y de los modos alternativos (ferrocarril o SSS).
  3. Obtenemos los volúmenes de mercancía transportados en ruta (contenedores, vehículos nuevos, UTIs).
  4. Multiplicamos los valores unitarios de las externalidades de la carretera por el volumen de mercancías y la distancia recorrida (este es el escenario donde no disponemos de modos alternativos).
  5. Multiplicamos los valores unitarios de las externalidades del ferrocarril o del SSS por el volumen de mercancías y la distancia de recorrido en ferrocarril o SSS.
  6. Comparamos los dos valores obtenidos y los ahorros que el FC y los SSS aportan en esta ruta.
  7. Repetimos el proceso para todas las rutas que estamos evaluando y sumamos las externalidades en el escenario de solo carretera y el escenario con FC+SSS.

De todos los modos de transporte de mercancías, la carretera es la que tiene un impacto en externalidades más elevado. Esto se debe principalmente al tipo de energía que utiliza, basada casi al 100% en combustibles fósiles. 

En cambio, el ferrocarril utiliza de manera preponderante la electricidad (de media en Europa en 2019 un 83% de las toneladas-km en ferrocarril fueron en tren eléctrico en contraposición a un 17% de diésel) y esto disminuye significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y los contaminantes. Esto no quiere decir que el ferrocarril esté exento de emisiones, pues la electricidad que se consume en Europa proviene en parte de fuentes no renovables (carbón, petróleo y ciclo combinado). Aun así, los impactos resultantes están muy por debajo de los de la carretera.

En el caso caso del SSS y en general, de la navegación para el transporte de mercancías, los combustibles fósiles son también la fuente principal de energía como en el caso de la carretera, pero la eficiencia energética de los barcos es muy superior a la de los camiones y cuando contamos todas las externalidades, estas llegan a ser incluso inferiores a las del ferrocarril, pues durante la navegación no hay interferencias con la movilidad terrestre. Por otro lado, hay que tener en cuenta que los proyectos actuales de electrificación de muelles en muchos puertos europeos harán que las externalidades ligadas a emisiones de contaminantes y ruido se reduzcan, haciendo este modo todavía más atractivo a nivel ambiental.

De todos los modos de transporte de mercancías, la carretera es la que tiene un impacto en externalidades más elevado. (PierNext/GettyImages)

 En Barcelona, el ferroviario ha crecido de forma importante en la última década, logrando cuotas elevadas, un 14% en contenedores y un 35% en coches

La apuesta del Port de Barcelona por el ferrocarril

En los últimos años, el Port de Barcelona ha logrado consolidar una amplia oferta de servicios ferroviarios regulares y frecuentes para contenedores con el centro y nordeste peninsular que ha servido para incrementar sustancialmente la competitividad del sector de comercio exterior de estas regiones.

Empresas de los sectores de la gran distribución, agroalimentario, moda, electrodomésticos y productos químicos, entre otros, usan el ferrocarril para importar o exportar sus productos a través del Port porque es una alternativa fiable, competitiva y sostenible al transporte por carretera. En el sector de la automoción, las principales plantas de producción del estado español están conectadas ferroviariamente con el Port de Barcelona, que utilizan para exportar.

La conexión en ancho estándar con el resto de Europa permite también que lleguen trenes de coches desde Alemania. Por todo esto, el ferrocarril ha crecido de forma importante en la última década, logrando cuotas elevadas, un 14% en contenedores y un 35% en coches, comparadas con otros puertos de referencia y especialmente si se compara con la cuota ferroviaria global en España.

En relación a los servicios de short sea shipping, Barcelona es uno de los puertos líderes en el Mediterráneo, con conexiones regulares y frecuentes con Italia y el Magreb. Las 134.123 unidades de transporte intermodales y los 86.925 vehículos nuevos de venta registrados en 2020 con los puertos italianos de Génova, Civitavecchia, Savona y Livorno y el puerto de Tánger, se traducen en 144.000 camiones desviados de la carretera a favor del marítimo, más eficiente a nivel económico y medioambiental.

A partir de los datos de estos tráficos hacemos una simulación teniendo en cuenta el impacto que tendría el transporte de UTIs, vehículos y pasajeros si en vez de emplear el SSS o el tren utilizaran la carretera y aplicamos la valoración económica proveniente del estudio de la Comisión Europea sobre externalidades.

 

Ahorro en externalidades del transporte por el uso  del modo ferroviario y el short sea shipping en los tráficos que pasan por el Port de Barcelona:

2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 Acumulado 10 años
M€ de externalidades de la carga  transportada en ferrocarril 5 5 5 6 8 8 8 9 8 6 68
M€ de externalidades de la carga  transportada en ferrocarril si circulara por carretera 111 118 121 146 194 199 221 244 224 166 1.743
M€ de ahorro en externalidades por el uso del ferrocarril 106 113 116 140 186 191 213 235 216 160 1.676
M€ de externalidades de la carga  transportada en short sea shipping 12 10 11 12 15 14 15 15 16 15 133
M€ de externalidades de la carga  transportada en short sea shipping si circulara por carretera 541 436 477 532 635 596 642 668 686 633 5.846
M€ de ahorro en externalidades por el uso del short sea shipping 529 426 466 520 620 583 627 652 670 619 5.713
M€ de externalidades ahorradas por uso del ferrocarril y del SSS 635 539 583 660 806 774 840 887 885 778 7.389
Ahorro de externalidades en % 97% 97% 97% 97% 97% 97% 97% 97% 97% 97% 97%

Los resultados muestran como el trasvase modal hacia modos más sostenibles tiene un impacto significativo en la mejora de la sostenibilidad de las cadenas de transporte, reduciendo el 97% del impacto negativo de la alternativa por carretera. En los últimos 10 años, el conjunto de los servicios ferroviarios y de short sea shipping han representado un ahorro de 7.389 millones de euros en el coste de las externalidades negativas que habría supuesto el mismo volumen de carga transportado por carretera: 1.676 millones de euros de ahorro en externalidades por el uso del FC y 5.713 millones de euros de ahorro en externalidades por el uso del short sea shipping

Estos resultados también confirman el efecto multiplicador positivo de las inversiones portuarias en infraestructuras intermodales. En el mismo periodo, se han invertido más de 50 millones de euros en mejora de la operativa e infraestructura ferroviaria (nuevas terminales y mejora de las existentes, con vías más largas y con los anchos métrico, ibérico y estándar) y alrededor de 70 millones de euros los últimos 4 años en las terminales de short sea shipping. 

El IV Plan Estratégico del Port de Barcelona 2021-2025 sigue poniendo el foco en el incremento de la intermodalidad (ferroviaria y marítima) como uno de los principales objetivos estratégicos en el ámbito de la sostenibilidad medioambiental y la transición energética, junto con la descarbonización de la actividad portuaria mediante la electrificación del muelles, la promoción del uso de combustibles limpios alternativos, el incremento de la eficiencia energética y la gestión y producción de energías renovables. La cuantificación de las externalidades del transporte es una de las piezas clave de esta apuesta decidida por la sostenibilidad.