La arquitectura, una segunda vida para los contenedores
La vida útil de un contenedor es de unos diez años. Pasado este tiempo, el trasiego y las inclemencias que sufre por tierra y mar lo llevan a la jubilación, pero su funcionalidad y dureza le aseguran, cada vez más, una segunda vida para otras actividades. Por ejemplo, la arquitectura.
Millones de contenedores permanecen en tierra cada año. Según Container FAQ, de los 17 millones de contenedores que se transportan anualmente, solo seis se emplean para el transporte o almacenamiento de mercancías.
Esto significa que once millones están completamente parados e inutilizados cuando, aunque tal vez hayan agotado su función original, pueden aprovecharse para varios usos, entre ellos, arquitectónicos.
Características físicas de los contenedores
Parece algo novedoso, pero el estudio de arquitectura Straddle3 trabaja con contenedores de segunda o tercera mano desde 2007-2008. Como explica el arquitecto David Juárez, las cualidades del acero corten, el material del que están compuestos ofrece, entre otras virtudes, una gran resistencia a la corrosión.
“Estructuralmente, es un material pensado para soportar cargas muy elevadas, de hasta casi 40 toneladas, es muy eficiente en su desempeño y además es económico”, señala Juárez. El precio de un contenedor de segunda o tercera mano, una vez descartado su uso original, ronda los 3.500 euros.
La forma y medidas predeterminadas del contenedor (12,19 metros de largo x 2,44 metros de ancho x 2,59 metros de alto y 27m2) puede suponer una limitación, aunque el arquitecto explica que la práctica más habitual es cortarlos y adaptarlos a las necesidades del proyecto.
Pero Straddle3 no es el único. Por ejemplo, el despacho neoyorquino Lot-Ek, hace ya 25 años que trabajaba con contenedores marítimos, llevándolos hasta límites insospechados.
Arquitectura modular con contenedores
El uso de contenedores como elemento constructivo entraría dentro de la llamada arquitectura modular, un sistema que optimiza los procesos constructivos en términos económicos, de rapidez de ejecución, reversibilidad, adaptabilidad a diferentes requerimientos del código técnico y sostenibilidad ambiental, reciclaje y upscaling.
“Depende del programa arquitectónico, de las capacidades técnicas del diseño y de lo osado que puedas ser a la hora de manipularlo y reforzarlo. Esto determinará que pueda emplearse para viviendas o equipamientos con mayor o menor éxito”, comparte Juárez.
Preparar el contenedor para la construcción
Una vez higienizado, el contenedor debe pasar por varios procesos que lo preparen para utilizarlo en, por ejemplo, una vivienda, que no difieren demasiado de los pasos que deben seguirse en una construcción tradicional.
“Lo primero es tener claro cómo será su geometría final porque determinará si tenemos que abrir ventanas o puertas y conexiones interiores destinadas a instalaciones o telecomunicaciones. Realizar estas perforaciones implica reforzar el contenedor porque el material se debilita”, explica.
Una vez se establece el modelo estructural obtenido con programas de cálculo, se afianzan las partes debilitadas con marcos de refuerzo para que el material recupere rigidez y resistencia y para poder cumplir con el Código Técnico de la Edificación.
“Cuando trabajas con arquitectura modular, normalmente prefabricas en el taller y montas en el solar. Hay que considerar no solo las cargas estáticas que debe soportar el material sino también las dinámicas producto de su transporte y su posterior manipulación”, apunta.
Este proceso acorta plazos de obra, porque permite ir trabajando el material por un lado y preparar el solar (cimientos, acometidas) en paralelo.
El acero corten es un material pensado para soportar cargas muy elevadas, de hasta casi 40 toneladas
Containers en la construcción: uso temporal o definitivo
Straddle3 finalizó en el primer trimestre de este año un edificio de 3 pisos con 8 viviendas destinadas a jóvenes en Caldes de Montbui, Barcelona, donde más del 50% de la estructura está formada por contenedores y el restante, por forjados de madera.
También lo han utilizado, entre otros proyectos, en un skatepark, donde sirvió de apoyo para tierras y rampas.
El estudio también es responsable de APROP (Alojamiento de Proximidad Provisionales) que aprovecha contenedores marítimos reciclados para construir viviendas temporales que den respuesta a la emergencia habitacional en la ciudad de Barcelona.
Ambos son ejemplos del carácter permanente y temporal que pueden tener los contenedores cuando se emplean en la arquitectura. “Lo que determina la temporalidad es, a menudo, su carácter reversible, por eso son alojamientos y no viviendas que están ideadas para desmontarse y reconfigurarse en otro lugar cuando la situación lo requiera”, explica.
Esta característica también está presente en instalaciones deportivas como el Estadio 974 de Doha, una de las sedes del pasado Mundial de Fútbol celebrado en Qatar. Su diseño modular incorporó 974 contenedores utilizados para albergar los servicios del estadio. Una vez desmantelado, la intención es que se utilice para el mismo propósito en otra geografía o dividirlo en unidades más pequeñas para otros usos.
Arte, piscinas y hasta una granja de grillos
Las medidas y cualidades de los contenedores también son muy útiles para otro tipo de usos:
- Piscinas
Empresas como Cube Pools convierten y preparan contenedores con todos los elementos necesarios para su uso como la pre instalación de filtros. - Arte y esculturas
Los contenedores también se utilizan para crear obras de arte y esculturas, ya que pueden utilizarse como si fueran un lienzo en blanco o apilarse y manipularse de distintas maneras para conseguir formas sorprendentes. - Hoteles
Los contenedores admiten otras tipologías arquitectónicas y los hoteles no son una excepción. Existen ejemplos de hoteles de lujo o sostenibles diseñados con contenedores en México, Japón, EE.UU. o la República Checa. - Granja de grillos
Por último, un caso de uso más inusual; el uso de contenedores para instalar en su interior granjas de grillos destinados a la producción de harina. En España existen al menos dos ejemplos, Nutrinsect y Origens Farm.
Contenedor: visto o no visto
En los mencionados proyectos de Straddle3, el uso del contenedor es parcialmente visible o no lo es en absoluto, mientras que ejemplos de otras latitudes sí lo muestran como elemento estético.
¿Qué lo determina?
“Si se emplea como elemento estructural, hay que protegerlo contra el fuego. Una forma de hacerlo es aplicando pinturas con un revestimiento más grueso de vermiculita, por ejemplo, pero lo más eficiente es confinarlo entre un revestimiento de paredes para optimizar medios”, apunta Juárez.
Estructuralmente, explica el arquitecto, no tiene sentido incluir un soporte adicional de vigas o pilares a un material capaz de soportar cargas tan pesadas o incluso, que permite apilar más contenedores encima para construir edificaciones de varios pisos.
“Tanto en el proyecto de Caldes como en otros que hemos realizado, hemos dejado varias paredes vistas, pero esto implica renunciar a las ventajas estructurales que ofrece y a tener que utilizar otros materiales en la estructura”, continúa.
Aquí entran en juego los distintos códigos técnicos internacionales de medidas antiincendios y de propagación del fuego. Juárez afirma que algunos proyectos de Lot-Ek, por ejemplo, no cumplirían con los criterios, ya no solo españoles sino europeos, y sin embargo sí cumplen con lo que marca la legislación de EE.UU.
Actualmente, existe un interés generalizado en utilizar el contenedor para este propósito. En el caso de Straddle3, es un material que a menudo proponen a sus clientes, pero siempre dentro de un contexto en el que tenga sentido.
“Dentro de las opciones que existen para construir en seco y con sistemas prefabricados y sin olvidar el aspecto medioambiental, el contenedor es una opción más como también lo es la madera u otras estructuras metálicas”, concluye.
Ya hace varias décadas que el acero se impuso como material predilecto en los rascacielos americanos. Quién sabe si el contenedor y sus cualidades colmarán la arquitectura que vendrá y, de paso, regalarán una segunda vida a estas cajas diseñadas originalmente para transportar mercancías alrededor del mundo.