Retos y desafíos para la descarbonización del transporte marítimo de corta distancia
La presión para acelerar la transición energética viene acompañada de nuevas normativas, tanto de la OMI (Organización Marítima Internacional) como de la Unión Europea, un desafío crucial para la descarbonización del Transporte Marítimo de Corta Distancia (TMCD). La búsqueda e implementación de nuevos combustibles y el desarrollo de sistemas de suministro eléctrico en puerto (Onshore Power Supply) plantean retos técnicos e implicaciones en los costes operativos. PierNext ha recopilado diversos puntos de vista multisectoriales durante la celebración de dos eventos profesionales recientes.
Reducción de emisiones… ¿a cualquier precio?
El transporte marítimo de corta distancia (TMCD) se enfrenta a múltiples desafíos.
- Por un lado, las recientes tensiones globales han desencadenado conflictos en diferentes partes del mundo, ralentizando el flujo habitual de las mercancías marítimas.
- Por el otro, la descarbonización. Mediante regulaciones más estrictas sobre los combustibles fósiles y la promoción de alternativas más sostenibles, la industria marítima se orienta hacia la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en el 2050.
Pero tratar de solventar estos problemas conlleva un gran coste operativo para todas las empresas y entidades del sector.
Durante la pasada Conferencia Anual Short Sea Shipping 2024, organizada por el Shortsea Promotion Centre Spain y celebrada en Barcelona, representantes multisectoriales e institucionales pudieron dejar su postura sobre la importancia del Short Sea Shipping en la descarbonización.
Para Gesine Meissner, European Coordinator for the European Maritime Space, el Short Sea Shipping juega un papel muy importante en el cumplimiento de los objetivos climáticos: “Ofrece una oportunidad significativa para el desarrollo regional, ayudando a su vez a reducir las emisiones de gas invernadero gracias a la adopción de nuevos combustibles y tecnologías cautelares. Y en este contexto”, señaló, “es fundamental reconocer el nuevo rol de los puertos como centros energéticos”.
"Para que el transporte marítimo sea considerado combinado, debe reducir sus costos externos en un 40% respecto al transporte por carretera", explicó Miguel Núñez, consejero de Transportes del Gobierno y representante permanente de España en la UE. Núñez hizo especial hincapié en la necesidad de que las entidades financieras y gobiernos creen mecanismos de apoyo para facilitar esta transformación. "La inversión en sostenibilidad no es solo una opción, es una necesidad. Sin el apoyo adecuado, los avances serán lentos y limitados", sostuvo.
En ese sentido, durante la conferencia Elena Seco, presidenta del SPC Spain (Asociación Española para la Promoción del Transporte Marítimo de Corta Distancia), apuntó que “los reglamentos como el Fuel EU Marítimo y la Directiva sobre Comercio de Emisiones son pasos fundamentales para transformar nuestro sector. Sin embargo, es vital que todos los actores del sector trabajemos juntos para facilitar esta transición. La implementación de una infraestructura adecuada para los combustibles alternativos y la creación de incentivos fiscales serán claves para lograr estos objetivos.”
Desafíos en la implementación de normativas
Los participantes dejaron claro que uno de los mayores inconvenientes de las medidas para la descarbonización es la incertidumbre, cómo afectará la aplicabilidad de regulaciones como el Reglamento de Derechos de Emisión (ETS, Emissions Trading System) o la directiva de Fiscalidad Marítima, por ejemplo.
“Nos preocupa cómo se va a fiscalizar y cómo va a afectar la competitividad del sector”, lamentó Miguel Núñez. Y así lo remarcó también el Director General de la Marina Mercante (MITTIS), Gustavo Santana: “Nos enfrentamos a la cuestión de cómo lograr cero emisiones, pero no tenemos una dirección clara todavía, aunque la necesidad de actuar es imperativa”.
La fiscalización del uso de combustibles alternativos es incierta y, como añadió Juan Carlos Arocas, Managing Director de Iberia Transitalia, "no se deben aprobar normas que afecten negativamente la competitividad".
La Directiva de Transporte combinado sigue generando controversia en el sector marítimo, a pesar de estar destinada a fomentar la transición hacia modos de transporte más sostenibles: “Inicialmente, la Comisión Europea consideró excluir el Short Sea Shipping por las dificultades con la intermodalidad y las distancias, pero decidieron incluirlo para hacer el transporte marítimo una opción más competitiva y ecológica”, apuntó Santana.
Además, la ausencia de una alternativa clara y definitiva al diésel está generando crecientes preocupaciones y tensiones entre los transportistas marítimos. La falta de estandarización y la viabilidad del suministro de combustibles sostenibles a gran escala continúan siendo desafíos significativos. Aún no se ha identificado un "caballo ganador" en términos de combustibles verdes, lo que deja a los armadores en una situación incierta sobre cuál elegir. Las inversiones necesarias para adaptarse a los nuevos combustibles son elevadas y el suministro de algunos, como el metanol verde, es aún limitado. Como señaló Elena Seco, "actualmente, no existe una solución de cero emisiones".
Por tanto, la preocupación compartida es clara: si las normativas terminan encareciendo tanto los costes para las empresas como para los ciudadanos, el diseño de la directiva necesitará revisarse para asegurar que, en lugar de sancionar, impulse verdaderamente una transición sostenible y viable.
Las alternativas sostenibles: la nueva pero compleja esperanza del TMCD
Durante unas jornadas organizadas por el Col.legi d’Enginyers Industrials de Catalunya sobre la reforma del mercado del CO2 en el transporte marítimo, Elena Seco, la también Directora General de la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE), expuso que “si bien el transporte representa el 25% de las emisiones globales de CO2, dentro de ese porcentaje, el transporte marítimo contribuye entre el 2,5 y el 3% de las emisiones globales. Siendo este sector el más eficiente para el comercio global, es chocante que todavía el 99,9% del combustible utilizado provenga de fuentes fósiles”.
Por tanto, la transición hacia combustibles sostenibles es crucial para lograr los objetivos de descarbonización, y opciones como el metanol y el amoníaco juegan un papel clave como portadores de hidrógeno.
- En particular, el metanol “verde” destaca por su capacidad de reducir emisiones, siempre que su producción sea 100% sostenible. Sin embargo, precisa de sistemas de seguridad adicionales, como cofferdams (compartimentos de seguridad) para evitar fugas, y requeriría el doble de espacio para generar la misma cantidad de energía que los combustibles convencionales. Razones por las que su producción e introducción en el mercado es aún limitada.
- Por otro lado, los primeros motores que funcionan con amoníaco ya están en el mercado. Sin embargo, su alta toxicidad presenta importantes retos en cuanto a seguridad. Para que el amoniaco se utilice de manera segura y efectiva, es crucial la implementación de nuevas normativas de la OMI y una formación especializada para las tripulaciones en el manejo de este tipo de combustibles.
¿Pero, cuál es la mejor alternativa?
Ambos requieren importantes inversiones en infraestructuras y presentan características técnicas que pueden acarrear otro tipo de problemas ambientales. La toxicidad de estos nuevos combustibles renovables es uno de los grandes ejes discursivos del proceso de descarbonización, lo que genera más incertidumbre y retrasa la inversión en nuevas tecnologías.
Es por eso que Elena Seco reconoció que uno de los temores de los armadores es que si invierten en una tecnología que luego es prohibida o limitada, como sucedió con los depuradores de gases de escape o scrubbers, sus esfuerzos serán en vano.
De hecho, Fernando Barreras, Director de la división de Suardiaz Energy, alertó durante la Conferencia Anual Short Sea Shipping 2024 de que, aunque se pueden establecer calendarios para la descarbonización, estos han sido demasiado optimistas y es probable que se necesiten extensiones en los plazos.
Las medidas más efectivas se centran en la eficiencia energética de los buques, como la implementación de sistemas de lubricación, el uso de velas y la adopción de biocombustibles y gas natural licuado (GNL) verde. Por ejemplo, las baterías y pilas de combustible podrían ser viables, pero solo para trayectos cortos.
Laura Tillero, Business Development de Marine Fuel Solutions en Cepsa, advirtió ademas que "sin estandarización no podremos avanzar. Si las empresas cumplen eficientemente, se verán beneficiadas, pero el precio sigue siendo un obstáculo. Estamos asesorando a nuestros clientes sobre cómo escalar la producción de combustibles alternativos."
Los catalizadores de la sostenibilidad en el Transporte Multimodal: ecoincentivos y ETS
La industria sabe que sin una apuesta firme por la transición energética, los costes operativos aumentarán a largo plazo. En este contexto, el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) y regulaciones como los ecoincentivos son herramientas clave del marco climatico de la UE para alcanzar la neutralidad climática en 2050 y lograr saldar el paquete Fit for 2050. Estas normativas están diseñadas para impulsar la sostenibilidad en el transporte multimodal y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Pero, ¿cuál de estas medidas cuenta con más apoyo en el sector? ¿Existe realmente un consenso sobre cómo aplicarlas?
Mientras que el ETS constituye un sistema limitativo y genera un mercado de permisos, los ecoincentivos impulsan las inversiones verdes mediante subvenciones o beneficios fiscales. A diferencia de lo que muchos consideran como un “castigo”, el resultado de este balance entre recompensa y penalización es necesaria para poder establecer una línea de juego en la que el sector marítimo pueda implicarse en el desarrollo sostenible con mayor comodidad.
Pero a pesar de ser regulaciones complementarias, su practicidad puede que esté causando fricción en el sector. Las crecientes tensiones en el mercado de combustibles y el precio a pagar por la adopción de nuevas medidas sostenibles, ponen en juego la viabilidad económica de muchas navieras.
Muchos consideran que esta combinación de normativas no es del todo justa y cuestionan la efectividad de los ETS. “Se trata de mejorar la competitividad y no de imponer más impuestos o normativas que dificulten el servicio marítimo” expresaba Arocas, de Transitalia.
El sistema ETS trae consigo retos significativos: los costes de los permisos y las penalizaciones por exceder los límites de emisiones podrían elevar los precios del transporte. Arocas lo resumía claramente: “las medidas deben ser coherentes y no perjudicar la competitividad; las empresas no pueden asumir costes insostenibles sin ver afectada su posición en el mercado.” En este sentido, los ecoincentivos ofrecen un alivio parcial, ayudando a reducir el coste de implementar soluciones sostenibles.
Para que estas normativas tengan un impacto positivo y duradero, su eficacia dependerá de una armonización global. Si otros países no aplican regulaciones similares, las navieras europeas podrían perder competitividad. Por tanto, expandir estas políticas a nivel internacional es clave para mantener condiciones equitativas en el sector marítimo y promover un cambio sostenible y efectivo.
Medidas coherentes para no comprometer la competitividad
La descarbonización del transporte marítimo, es obvio, tiene implicaciones económicas significativas, tanto para las empresas navieras como para el comercio internacional. Esta transición hacia prácticas más sostenibles puede, de hecho, alterar las dinámicas del mercado y la competitividad de las empresas.
Arocas, el Managing Director Iberia Transitalia, advirtió también sobre las dificultades del sector al señalar la importancia de que “las medidas sean coherentes y no comprometan la competitividad de las empresas". En este contexto, la resistencia al cambio es comprensible, ya que los costos asociados con la transición hacia tecnologías y combustibles más sostenibles son altos.
Esto afecta directamente la competitividad de las empresas, que se enfrentan a un escenario incierto en cuanto a la rentabilidad de sus inversiones. Surge entonces esta reflexión: ¿es posible establecer un equilibrio entre la sostenibilidad y la viabilidad económica, sin que las compañías pierdan competitividad ante un mercado global cada vez más exigente?
Hèctor Calls, director de sostenibilidad ambiental y transición energética del Port de Barcelona, cree que sí, como expuso en las jornadas organizadas por el Col.legi d’Enginyers Industrials de Catalunya: ”En los últimos años los costes del transporte se han incrementado un 200%. ¡Y el mundo ha seguido funcionando! En 2023 hemos vuelto a costes de transporte prepandemia. Hemos subido y hemos vuelto, ¿no? Ahora lo que viene es la lucha contra el cambio climático. ¿No nos vamos a adaptar de la misma manera?”
La transición energética de los puertos
Calls también explicó que el factor clave del plan de transición energética es también centrarse en la descarbonización de los puertos, no solo en los buques. Y puso como ejemplo el "pionero" Plan de Transición energético del Port de Barcelona, que "más que cumplir con las normas, aspira a liderar el cambio en sostenibilidad marcando la diferencia en toda Europa", añadió.
Además del uso de combustibles sostenibles y de la economía circular, la electrificación del puerto es uno de los pilares clave de este plan de desarrollo sostenible. La idea es que tanto los muelles como las terminales y toda la maquinaria portuaria funcionen conectados a la red eléctrica Los muelles se irán equipando con el sistema Onshore Power Supply (OPS), una infraestructura que permitirá a los barcos conectarse a la red eléctrica en tierra y dejar de depender de combustibles fósiles mientras están atracados, reduciendo así las emisiones.
Su implementación está en marcha, pero existen complejidades en la infraestructura portuaria.
El Head of Business Development de Vinci Energies, Jorge Roca, ya había apuntado durante la Conferencia Anual Short Sea Shipping 2024 que cada puerto tiene diferentes características estructurales, lo que añade dificultades a la construcción de las infraestructuras OPS y la ciberseguridad del mismo sistema. Además, este proyecto requiere de una planificación meticulosa y coordinada con las terminales para poder minimizar el impacto en las operaciones que se llevan a diario en el puerto.
Pero el Port de Barcelona ya ha dado el primer paso y, aunque los desafíos de la descarbonización del transporte marítimo de corta distancia son muchos y diversos, el sector, como vemos, se va enfrentando a ellos.
Normativa a normativa y abierto siempre a la innovación.