
¿Por qué ya estamos hablando del 6G?
Muchos puertos están adoptando la tecnología 5G, ya que sus ventajas frente al 4G son evidentes. Sin embargo, el 6G comienza a abrirse paso en el discurso tecnológico. Este artículo explora por qué se empieza a hablar del 6G, en qué consiste y qué posibilidades puede ofrecer.

Chiara Saragani es investigadora del CENIT y doctoranda en digitalización del Puerto de Barcelona.

La evolución del 4G hacia el futuro 6G
La conectividad 4G se introdujo a finales de la década de 2000, marcando un hito en la evolución de las telecomunicaciones al ofrecer mayores velocidades de transmisión de datos, facilitar el acceso fluido a contenidos en vídeo y mejorar significativamente la navegación móvil.
En años recientes, el despliegue del 5G ha comenzado a transformar aún más el panorama digital: no solo proporciona velocidades muy superiores a las del 4G, sino también una latencia notablemente reducida y una capacidad de conexión mucho mayor. Esta nueva generación de red ha habilitado el desarrollo de aplicaciones avanzadas como los vehículos autónomos, la sensorización de las ciudades inteligentes o la automatización de procesos industriales.
Sin embargo, aunque el 5G todavía está en expansión, el 6G ya ha entrado en fase de investigación. Se prevé que las primeras implementaciones lleguen en la década de 2030, con el propósito de llevar las capacidades actuales a un nuevo nivel. Esta futura tecnología no solo ampliará el rendimiento técnico, sino que incorporará de forma nativa la Inteligencia Artificial (IA), el Aprendizaje Automático (ML) y las comunicaciones cuánticas, abriendo la puerta a avances revolucionarios como la holografía en tiempo real o los gemelos digitales.
Diferencias entre 4G, 5G y 6G
Si el despliegue del 5G ya nos sorprendió por sus logros técnicos, el 6G promete ser un auténtico punto de inflexión. Como en generaciones anteriores, los parámetros clave siguen siendo:
- la velocidad
- la latencia
- la capacidad
- la fiabilidad
- la eficiencia energética
Sin embargo, el salto será monumental: se espera que el 6G alcance velocidades medidas en terabits por segundo, frente a los gigabits del 5G y los megabits del 4G.
- Con el 4G, las aplicaciones habituales se centraban en el streaming de vídeo, el correo electrónico y la descarga de archivos de gran tamaño, alcanzando velocidades de hasta 100 Mbps.
- El 5G introdujo velocidades a nivel de gigabit, lo que permitió transmisiones en vídeo 8K, así como experiencias inmersivas de realidad virtual y aumentada.
- El 6G marcará una diferencia sustancial al gestionar volúmenes de datos mucho mayores, haciéndolo ideal para entornos de almacenamiento en la nube, servidores empresariales y servicios aún más exigentes en términos de datos.
La velocidad está estrechamente ligada a la latencia —el tiempo que tarda un dispositivo en comunicarse con la red—, y aquí el 6G vuelve a marcar un hito: se prevé que sea capaz de transmitir hasta un terabyte de datos con una latencia de apenas un microsegundo. Esta capacidad permitirá una comunicación fluida entre humanos y máquinas, abriendo paso a aplicaciones avanzadas como vehículos autónomos, automatización industrial o cirugía remota.
Otro avance técnico destacado del 6G es su uso de frecuencias extremadamente altas en el rango de los terahercios (THz), en comparación con los 100 GHz aproximados del 5G. Estas frecuencias elevadas permiten velocidades superiores y una mayor transmisión de datos, aunque también suponen un reto adicional, ya que son más vulnerables a interferencias. Por ello, la evaluación y gestión de la fiabilidad de la señal será un aspecto fundamental en el desarrollo del 6G.
Todos estos avances contribuirán a aumentar de forma significativa la capacidad de las redes 6G frente a los estándares actuales, permitiendo nuevos tipos de servicios y aplicaciones de altísima exigencia tecnológica.
La visión del 6G: sostenibilidad, inteligencia y conectividad
Más allá de los aspectos técnicos de la nueva red 6G —todavía difíciles de imaginar por completo, especialmente teniendo en cuenta que el despliegue del 5G apenas ha comenzado—, hay tres características fundamentales del 6G que merecen especial atención:
- En primer lugar, el 6G no solo está concebido para conectar un número sin precedentes de dispositivos, sino también para reducir su impacto ambiental respecto a las redes actuales. De hecho, la sostenibilidad es uno de los ejes clave en el desarrollo del 6G. Algunas estrategias propuestas en investigaciones recientes incluyen técnicas avanzadas de gestión energética, sistemas dinámicos de recolección de energía y diseños de red y protocolos conscientes del consumo energético. La gestión energética busca reducir el consumo mediante fuentes limpias y renovables, así como algoritmos inteligentes que detecten oportunidades de ahorro. Las tecnologías de recolección de energía podrían permitir, en un futuro, que los sistemas 6G funcionen de forma autónoma sin depender de suministros eléctricos tradicionales. En cuanto al diseño de redes energéticamente eficientes, el objetivo es crear topologías optimizadas que minimicen el uso de energía en todos los componentes del sistema.
- En segundo lugar, la inteligencia artificial integrada jugará un papel central en el 6G. Los algoritmos de IA estarán incrustados en la propia red, especialmente en la capa de acceso por radio, lo que la convertirá en una red “inteligente”. Esta innovación permitirá mejorar la eficiencia en la transmisión de datos y dotará a la red de capacidades de autooptimización, autoreparación y gestión autónoma. El resultado será un sistema de comunicación mucho más fiable, eficiente y resiliente.
- Por último, el 6G contribuirá a un mundo más conectado. Su integración con sensores del Internet de las Cosas (IoT) habilitará aplicaciones avanzadas como vehículos autónomos, monitoreo remoto de salud y automatización industrial. Los hogares inteligentes, impulsados por una extensa red de sensores interconectados, serán una realidad con funciones que hoy apenas podemos imaginar.
¿Puede ser útil el 6G para los puertos?
Actualmente, algunos puertos del mundo ya están implementando redes 5G, pero el 6G promete ofrecer soluciones que serían muy difíciles de lograr con los sistemas actuales. Más allá de soluciones puntuales, la verdadera innovación reside en la posibilidad de aplicar estas tecnologías a una escala mucho mayor.
- Seguimiento de carga en tiempo real: el 6G permitirá el rastreo en tiempo real de los contenedores de carga mediante sensores IoT, lo que mejorará la gestión del inventario, reducirá pérdidas y aumentará la eficiencia en las operaciones de carga y descarga.
- Vehículos y equipos autónomos: los puertos podrán desplegar vehículos y equipos autónomos —como grúas y camiones automatizados— que operarán de forma fluida gracias a la conectividad del 6G. Esto mejorará la seguridad, reducirá errores humanos y optimizará los flujos de trabajo.
- Mayor seguridad: con la integración de inteligencia artificial, el 6G podrá reforzar las medidas de seguridad en los puertos, permitiendo vigilancia en tiempo real, detección de amenazas y respuestas automatizadas ante posibles brechas, garantizando un entorno más seguro tanto para los trabajadores como para la carga.
- Infraestructura inteligente: el 6G apoyará el desarrollo de infraestructuras inteligentes en los puertos, como sistemas de iluminación automatizada, gestión energética y mantenimiento predictivo. Esto se traducirá en ahorro de costes y una mayor sostenibilidad.
- Mejora de la comunicación: el 6G facilitará una mejor comunicación entre los distintos actores del puerto, incluidos navieras, proveedores logísticos y autoridades aduaneras. Esto permitirá agilizar procesos y reducir tiempos de espera.
- Analítica de vídeo: el 6G ofrecerá una conectividad ultrarrápida que permitirá la intercomunicación entre sensores y cámaras para monitorizar y analizar las actividades del puerto. Las cámaras podrán identificar distintos tipos de entidades, mejorando tanto la seguridad como la eficiencia operativa. Además, al procesar rápidamente grandes volúmenes de datos de vídeo, el 6G facilitará la detección de amenazas potenciales, la optimización del manejo de la carga y una mejor gestión del tráfico.
En resumen, el 6G no solo promete mayor velocidad y eficiencia, sino que tiene el potencial de transformar los puertos en ecosistemas completamente inteligentes, automatizados y sostenibles.
Los principales retos de la conexión 6G
Aunque el calendario de desarrollo del 6G es más corto que el de generaciones anteriores de conectividad, aún existen barreras significativas que deberán superarse en los próximos años para lograr un despliegue exitoso de este servicio.
Un artículo de Telcoma Global identifica varios desafíos clave en el desarrollo del 6G, que pueden resumirse de la siguiente manera:
- En primer lugar, está la cuestión de la asignación del espectro. Para soportar las frecuencias elevadas necesarias para el 6G, se requieren recursos espectrales suficientes.
- En segundo lugar, es necesario avanzar en la investigación para definir el hardware y la infraestructura específicos que podrán sostener estas conexiones. Aunque se espera que el 6G optimice la asignación energética, aún queda mucho por resolver sobre cómo gestionar el enorme tráfico de datos que se prevé generará esta tecnología.
Además de estos desafíos técnicos, las redes 6G deberán afrontar cuestiones relacionadas con la seguridad y la privacidad. Con el creciente número de dispositivos conectados y aplicaciones críticas, serán esenciales los métodos avanzados de encriptación, autenticación y detección de intrusiones para proteger frente a amenazas cibernéticas. Alcanzar una estandarización global y garantizar la interoperabilidad será crucial para la adopción masiva del 6G, lo que requerirá una estrecha colaboración entre actores de la industria, organismos reguladores y entidades de normalización.
También deben abordarse preocupaciones éticas y sociales, como la privacidad de los datos, los sesgos algorítmicos y el posible desplazamiento laboral. El alto coste de desarrollo de infraestructuras representa otra barrera importante para el despliegue y la accesibilidad del 6G. Los gobiernos deberán establecer marcos regulatorios que regulen el uso del espectro, las cuestiones de privacidad y los intereses públicos. Asimismo, será necesario desarrollar nuevos materiales y dispositivos capaces de operar en frecuencias de terahercios (THz) y en condiciones extremas.
Dado que el 6G dependerá de redes heterogéneas que combinan sistemas celulares, Wi-Fi y satelitales, su gestión añadirá una capa adicional de complejidad. Por último, dado que actualmente no existe un estándar unificado para el 6G, tanto su desarrollo como su implementación requerirán un tiempo considerable.
Aun con todos estos desafíos sobre la mesa, se estima que el desarrollo del 6G requerirá aproximadamente la mitad del tiempo que requirió la conexión 3G.
Situación actual de los proyectos 6G
Actualmente, nadie tiene acceso a conexiones 6G y se espera que los primeros resultados tangibles lleguen hacia el año 2030. No obstante, ya hay diversas iniciativas en marcha que se centran en el desarrollo y exploración de esta tecnología emergente.
Uno de los proyectos más destacados es SUSTAIN-6G, cuyo objetivo es combinar la conectividad 6G con metas de sostenibilidad en los ámbitos ambiental, social y económico. Este proyecto no solo busca implementar nuevos casos de uso, sino también establecer una hoja de ruta para políticas regulatorias y procesos de estandarización que garanticen un enfoque sostenible en la implantación del 6G.
Otra iniciativa relevante es 6G-VERSUS, que se enfoca en llevar la tecnología 6G al límite mediante una serie de pruebas y seis proyectos piloto distribuidos por Europa. Estas pruebas están diseñadas para abordar y evaluar los principales retos que presentan las industrias de nueva generación, especialmente aquellas orientadas hacia la sostenibilidad y la conciencia medioambiental.
Fuera de Europa, China inició su investigación sobre el 6G en 2018 y continúa avanzando en este campo con empresas como Huawei y ZTE. Según su sitio web, Huawei controla el 32,8 % del mercado global de equipos de comunicación. En Estados Unidos, la Next G Alliance, formada en 2020, agrupa a grandes actores del sector como Apple, AT&T y Google. Esta alianza ha identificado 47 áreas tecnológicas clave para explorar con el fin de aprovechar todo el potencial del 6G.
Por su parte, según informa Technology Magazine, Corea del Sur ha invertido 11.700 millones de dólares en el desarrollo de su economía digital, incluyendo servicios basados en 6G. De manera similar, Japón ha destinado 9.600 millones de dólares a una estrategia enfocada en el futuro de los servicios digitales, en la que el 6G ocupa un lugar central.
La transición del 4G al 6G representa un avance sustancial en términos de conectividad, velocidad y capacidades tecnológicas. Mientras que el 4G y el 5G ya han transformado industrias y la vida cotidiana mediante velocidades de datos más rápidas, menor latencia y mayor capacidad, se espera que el 6G lleve estos avances aún más lejos. Su despliegue está previsto para la década de 2030, con el proceso de estandarización ya en marcha y las primeras especificaciones anticipadas para 2028. Muchos países han comenzado a desarrollar planes para su futura infraestructura 6G.
El camino hacia la implementación del 6G requerirá una estrecha colaboración entre los actores de la industria, los organismos reguladores y las instituciones de investigación para abordar los desafíos tanto técnicos como normativos.