¿En qué invierten los puertos?
80.000 millones de euros. Es el valor de las inversiones que necesitarán los organismos que gestionan los puertos europeos en la próxima década para cumplir y abordar los retos pendientes en energía sostenible, clústers industriales y resiliencia geopolítica. Así lo revela un estudio de la ESPO y el doctor Peter de Langen realizado a los puertos europeos. Hablamos con su autor para conocer a fondo los distintos aspectos de este informe.
Grandes retos, grandes inversiones.
Es lo que viene a señalar ‘The investment pipeline and challenges of European ports’, publicado por la European Sea Ports Association (ESPO) y el Dr. Peter de Langen, propietario y consultor principal en Ports & Logistics Advisory y codirector de la plataforma porteconomics.eu. Es el segundo estudio de estas características que se publica para conocer el estado y el foco de las inversiones de los puertos europeos.
El estudio analiza las necesidades de inversión de 84 entidades encargadas de gestionar los puertos europeos para obtener una foto actual de la situación. Cabe destacar que el número de puertos participantes en el estudio anterior, que data de 2018, fueron 60. El aumento es destacable porque representa, en palabras de de Langen, más del 70% del comercio exterior europeo.
El foco está en la sostenibilidad
En comparación con seis años atrás, las inversiones en sostenibilidad y transición energética han ganado peso; de una cuota por debajo del 10% han subido hasta un 25%.
“Previamente, casi un tercio de todas las inversiones se centraron en la expansión física de los puertos que fue, con diferencia, la principal categoría. En 2023-24 continúan ocupando casi un tercio de las inversiones, pero la que más ha subido son aquellas destinadas a la sostenibilidad, lo cual demuestra que el tipo de inversiones está cambiando”, explica de Langen.
Dada su amplitud, esta categoría se subdivide en distintas tipologías de inversiones relacionadas. Por ejemplo, una gran parte consiste en inversiones en:
- «Infraestructuras y servicios relacionados con la transición energética de la economía» (55 proyectos en total),
- Otra significativa son inversiones en «infraestructuras e instalaciones para reducir la huella medioambiental del transporte marítimo» (54 proyectos)
- En menor medida, se destinan a «inversiones para reducir la huella medioambiental de las operaciones portuarias» (8 proyectos).
“En línea con lo que refleja el estudio, en los últimos años el Port de Barcelona ha desarrollado una estrategia a largo plazo para mitigar el impacto ambiental y promover la descarbonización de la cadena logística. Este incremento de la sensibilidad medioambiental queda patente en el IV Plan Estratégico que fija un objetivo ambicioso: la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el 2030 del 50% respecto 2017”, explica Miriam Alaminos, subdirectora general de Económico y Financiero del Port de Barcelona.
En el caso de Barcelona, las cifras económicas acompañan esta meta. Alaminos confirma que en el Plan de Inversiones 2020-2024 se preveía una inversión de solo 17 millones de euros asociada a este tipo de proyectos, mientras que en el Plan de Inversiones 2025-2030 esta cantidad acumula ya 163 millones de euros.
“Así pues, en 5 años, prácticamente hemos multiplicado por 10 el compromiso de inversión en actuaciones relacionadas con la sostenibilidad”, destaca.
Onshore Power Supply, proyecto ‘verde’ estrella de los puertos europeos
Entre los proyectos más relevantes, casi dos tercios de los puertos tienen previsto empezar a ofrecer energía en tierra (OPS) a los buques, mientras que el resto (con algunas excepciones) ya prestan estos servicios. En la misma línea, se procuran instalaciones de carga para camiones, suministro de energía verde a las empresas que operan en el puerto, combustibles limpios para barcos y servicios de gestión digital de energía.
En el caso de Barcelona, el proyecto Nexigen confirma esta primera tendencia, además de ser el proyecto económicamente más relevante, con una asignación de 126 millones de euros.
“Nexigen incluye, por un lado, la propia electrificación de los muelles, cuyo despliegue tiene un presupuesto total de 90 millones de euros, la conexión eléctrica a una nueva subestación, con un presupuesto de 21 millones de euros, y una inversión en infraestructura adicional de 15 millones de euros”, especifica.
Alinear estrategias nacionales y europeas
“Otro objetivo es tratar de captar inversiones en industrias que no generan emisiones. Es el caso de bastantes puertos daneses, en cuyas instalaciones se construye e integra la industria eólica offshore. Esta industria es enorme y el tipo de inversión, diferente. El puerto de Esbjerg es un ejemplo; ha invertido mucho en ampliar sus espacios para dar cabida a esta industria”, comparte de Langen.
El salto que han dado las inversiones en sostenibilidad son una réplica a la responsabilidad que están asumiendo los gestores portuarios europeos en descarbonizar el sector y alinearse con los objetivos fijados por Europa.
Tal y como recuerda el experto, la gran mayoría de puertos son entes públicos, con la excepción de Grecia y un par de casos en los países bálticos, lo que significa que sus objetivos no son solamente comerciales, sino que deben alinearse con las políticas nacionales o europeas.
“Deben ser unos líderes en esta transición hacia una mayor sostenibilidad y energía limpia. La gran mayoría de los puertos han asumido este papel, además de adherirse a las políticas europeas, aunque estas inversiones no sean ni mucho menos rentables”, apunta de Langen.
Si regresamos a Barcelona, Alaminos explica que la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) participa con un aportación de 200M€ en el proyecto de los Nuevos Accesos Ferroviarios al Puerto de Barcelona, que ha emprendido ADIF, y que tiene un presupuesto global de más de 700 millones de euros.
“Así mismo, durante este año, la APB ha constituido una nueva sociedad con ADIF, Train-Puerto Barcelona, que centralizará de manera coordinada todo el tráfico de ferrocarril del entorno portuario de Barcelona y desarrollará, una vez estén disponibles, los nuevos accesos y la construcción de la nueva Terminal Intermodal del Puerto de Barcelona, con un presupuesto estimado de 25M€.
Los retos en las inversiones
El tamaño estimado de la cartera de inversiones es de unos 80.000 millones de euros hasta 2034. Esta cantidad excluye las inversiones de empresas privadas y es superior a la estimación de 2018.
“Aunque los procesos de desarrollo de los proyectos son largos, el informe demuestra que ahora están más maduros que en 2018, pero existen dos barreras importantes, no tanto sociales sino financieras”, aclara de Langen.
La primera es que gran parte de estos proyectos no pueden financiarse exclusivamente por parte de las autoridades portuarias porque no tienen suficiente retorno sobre la inversión. Y el segundo, señala de Langen, es que en los últimos cinco años los precios de construcción han aumentado, más o menos, un 30%, lo cual aumenta la presión financiera para ejecutarlos.
“Esto es problemático porque el conjunto de inversiones necesarias alcanza los 80.000 millones, pero la capacidad de inversión del total de gestores portuarios no es suficiente, ya que no son capaces de autogenerar esta cifra”, alerta.
Este es el mensaje que quiere lanzar la ESPO: los puertos se encuentran en una etapa en la que faltan inversiones y capacidad para realizarlas, por eso una gran parte de las mismas no se han podido llevar a cabo.
Alaminos explica que el sistema portuario español es financieramente autosuficiente, al no depender de los presupuestos generales del Estado.
“La APB, al igual que el resto de las Autoridades Portuarias, debe generar los recursos suficientes para cubrir sus gastos de funcionamiento ordinarios y su crecimiento, es decir, sus inversiones. Para garantizar esto, el sistema portuario español dispone de un mecanismo de solidaridad en base al cual todos los puertos hacemos aportaciones para apoyar financieramente a aquellas Autoridades Portuarias deficitarias financieramente”, comparte.
Alaminos continúa explicando que “cuando los recursos que generamos no son suficientes para cubrir nuestras necesidades de inversión, acudimos al endeudamiento bancario como cualquier entidad mercantil. Por la tipología de actuaciones que financiamos, nos acostumbramos a financiar a través de préstamos del Banco Europeo de Inversiones, además de optar a la mayoría de programas de financiación de inversiones a través de subvenciones que promueve la Unión Europea”, describe.
¿Entonces, cuál es la solución?
De Langen explica que entre los puertos existen grandes expectativas de financiación europea y también estatal.
“En Europa se ha invertido mucho en los puertos, en todo tipo de inversiones. Pero, posiblemente, la brecha entre expectativas e instrumentos es más grande en los estados miembros”, apunta.
“En Europa tendemos a dialogar hasta alcanzar un consenso en la toma de decisiones. Estudios sobre la financiación como éste tienen valor. En la conferencia de la ESPO celebrada en París hubo un par de contribuciones muy destacables en línea de las tensiones geopolíticas actuales que provocan que Europa se encamine hacia un escenario de autonomía estratégica”, revela.
El futuro de las inversiones portuarias
De Langen opina que también es necesario invertir en capacidad logística-industrial portuaria. El problema, indica, es la falta de suelo. “Creo que nos encaminamos a una economía espacial en la cual las ‘islas’ portuarias industriales, literales o metafóricas, son un modelo interesante. No sé si hace falta más capacidad portuaria para el negocio externo, pero claramente hace falta suelo para actividades logísticas e industriales”, incide.
Recuerda el caso del puerto de Rotterdam, cuando se generó un debate sobre su ampliación y que, al final, se ha quedado corta.
Regresando al tema de la financiación, el estudio señala y concluye que los instrumentos de financiación de la UE deben ser accesibles, y las solicitudes de proyectos deben basarse en su valor añadido para contribuir a la consecución de los objetivos fijados, incluso si no se dispone de cofinanciación nacional.
Las normas y condiciones para presentar proyectos de financiación deben racionalizarse, simplificarse y adaptarse a la realidad de los puertos europeos.