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GNL: un combustible para la transición energética

La utilización de gas natural licuado (GNL) como combustible de transición hacia un futuro sin emisiones es ya una realidad. Su presencia entre buques y cruceros ha aumentado y eso abre el camino hacia la utilización de otros combustibles incluso más sostenibles, como el bioGNL y el gas natural sintético.

Publicado el 23.02.2023
En 2021, las operaciones de suministro de GNL en el Port de Barcelona representaron casi un 11 % del total de operaciones de bunkering, consolidando al Port como hub de GNL en el Mediterráneo. (Port de Barcelona)

GNL, un combustible en expansión

La industria de la navegación ha pisado el acelerador para alcanzar el que será, sin duda, uno de los objetivos más ambiciosos de este siglo: reducir sus emisiones anuales de gases de efecto invernadero en (al menos) un 50 % en 2050, teniendo en cuenta los niveles de 2008. En un mundo en el que el 90% de las mercancías se transportan por mar, esta transición necesita basarse en combustibles más limpios que los convencionales, que abran el camino hacia otros de cero emisiones.

La presencia del GNL en el mundo de la navegación ha aumentado en los últimos años. De acuerdo con la plataforma de DNV, actualmente hay 355 buques propulsados ​​por GNL en funcionamiento y se han realizado pedidos de otros 521. 

El 2022 terminó con la suma de 222 nuevos pedidos de barcos con GNL de combustible dual a la plataforma Alternative Fuels Insight de DNV, solo 20 menos que en 2021 a pesar del incremento de precio que el gas ha sufrido el último año. Además, 104 comenzaron a operar el pasado 2022, lo que representa un crecimiento del 41 % dentro de la flota de navegación. Todo ello hace que en total existan hoy en el mundo, según la plataforma de DNV, 355 buques que utilizan el LNG como combustible y existen órdenes en curso (sumando las 222 añadidas este 2022) por otros 521 buques.

Entre estos barcos, hay también cruceros. El primer barco de pasajeros que utilizó GNL para propulsarse fue el AIDAnova, un buque de 337 metros de eslora de Carnival Corporation que navega por el Mediterráneo. Desde que el AIDAnova se puso en servicio en diciembre de 2018, se ha anunciado la construcción de otros 20 cruceros propulsados con GNL.

El AIDAnova, el primer barco de pasajeros en utilizar GNL para propulsarse. (Port de Barcelona)

Las opciones para abastecer de GNL a los buques también han aumentado recientemente. De acuerdo con el ‘World LNG Report 2022’ de la International Gas Union (IGU), la flota de buques de suministro alcanzaba las 30 unidades en abril de 2022, número que, según DNV, se elevaba a las 43 unidades a principios de 2023 con pedidos vigentes por 18 unidades más. Dos tercios de los mismos operan en Europa, en donde las regulaciones de control de emisiones son más estrictas. Por otro lado, señalan en el informe, la flota de Asia y América del Norte también ha comenzado a crecer.

En 2021, por ejemplo, comenzaron a operar nueve buques de suministro en todo el mundo. Algunos lo hicieron en regiones en donde no había ningún barco de este tipo hasta el momento: el FueLNG Bellina y el Avenir Accolade, por ejemplo, fueron los primeros en operar en Singapur y en Brasil, respectivamente.

El aumento en el número de unidades propulsadas por GNL ha obligado a fomentar asimismo la construcción de buques de suministro (bunkering) y su posicionamiento en puertos clave para las rutas marítimas.

El primer buque de suministro de GNL fue el Pioneer Knudsen, que se puso en funcionamiento en 2004. Sin embargo, la mayoría de estos han pasado a estar en activo en los últimos cinco años, por lo que hablamos de una flota joven. A estos se suman las instalaciones que se han incluido en puertos y terminales, lo que permite hacer una distribución cada vez más eficiente de este combustible.

Actualmente hay 355 buques propulsados ​​por GNL en funcionamiento y se han realizado pedidos de otros 521

Combustible más limpio que los convencionales

Según diversos estudios, este combustible permite eliminar las emisiones de óxido de azufre y de partículas finas y reducir considerablemente las de óxidos de nitrógeno. En total, su uso reduce las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 10 y un 25%.

“El GNL es un combustible más limpio que los convencionales, que permite reducir las emisiones contaminantes y minimizar las de efecto invernadero, lo que es especialmente importante para los puertos que se encuentran cerca de grandes ciudades, como es el caso del de Barcelona”, explica Daniel Ruiz, técnico de Medioambiente del Port de Barcelona. “Además, su uso abre la puerta a la utilización de nuevos combustibles futuros de cero o casi cero emisiones, como el bio-GNL o el GNL-sintético, y más adelante el hidrógeno, el amoníaco o biometanol”.

La experiencia ganada por puertos como el de Barcelona con el uso del GNL permite hacer frente a las problemáticas que presentan estos combustibles, como pueden ser la inflamabilidad o la criogenia. La experiencia y el conocimiento obtenidos se materializan en forma de medidas de seguridad, regulaciones para el suministro del combustible o nuevas cadenas logísticas de suministro, entre otros avances. 

El aumento en el número de unidades propulsadas por GNL fomenta la construcción de buques de suministro (bunkering). (Port de Barcelona)

El GNL, clave en el plan de descarbonización 

"Cuando comenzó la política de introducción de GNL en el Port de Barcelona en 2014 no existían prácticamente buques propulsados con este combustible. Tampoco había una logística de suministro específica y las numerosas reticencias que se presentaban ante su uso hacían prácticamente imposible su implantación", explica Jordi Vila, jefe de Medio Ambiente en la Autoritat Portuaria de Barcelona

Hoy, sin embargo, la situación es totalmente distinta. “Desde el año 2017 se han realizado operaciones de bunkering de GNL desde camión cisterna, en la modalidad truck-to-ship, y desde 2019 de buque a buque, en la modalidad ship-to-ship, siempre de forma segura y sin ningún accidente”, señala Vila. 

Vila añade, además, que la introducción del GNL en el puerto de Barcelona ha ayudado a romper los esquemas preestablecidos e inercias adquiridas a lo largo de décadas de uso de los combustibles tradicionales. Gracias a la realización de proyectos piloto, como Cleanport o Core LNGas hive, se han realizado los análisis de riesgos necesarios para el suministro seguro del combustible y se ha facilitado el desarrollo de la cadena logística de suministro. 

“Tanto la comunidad portuaria como los armadores o la propia Autoridad Portuaria pudieron experimentar que el combustible era técnicamente viable y seguro, facilitando su penetración posterior como combustible a buques propulsados a GNL y abriendo la futura introducción de otros combustibles de igual o mayor complejidad desde el punto de vista de la seguridad, como el hidrógeno o el amoníaco”, explica el jefe de Medio Ambiente.

El Haugesund Knutsen, el primer buque de suministro de GNL construido en España, tiene su base permanente en el Port de Barcelona. (Port de Barcelona)

El GNL en cifras

En 2021, las operaciones de suministro de GNL en el Port de Barcelona representaban casi un 11 % del total de operaciones de bunkering. En 2022, sin embargo, las cifras se redujeron. “El año 2022 ha sido complicado por el aumento mundial de precios del GNL, agravado por la guerra en Ucrania. Esto ha hecho que los buques de GNL, al disponer de motores duales, redujeran el uso de GNL”, explica Daniel Ruiz. 

En total, se suministraron 26.400 metros cúbicos de GNL en 32 operaciones, frente a los 65.000 metros cúbicos y las 236 operaciones de 2021 (año en el que todavía se notaban los efectos de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19). “Se estima que, cuando los precios se normalicen y se empiecen a aplicar medidas regulatorias que penalicen el uso del diésel, se volverá a niveles de uso de GNL superiores a los de 2021”, concluye Vila.

Además, se prevé que el uso de GNL irá aumentando a medida que se construyan más buques que lo utilicen. A su vez, más embarcaciones lo utilizarán cuando la cadena logística se implante en otra rutas de navegación. “Actualmente la vida media de un buque es de unos 25 o 30 años, por lo que, para encargar una nave con un nuevo combustible, el armador debe estar seguro de que dispondrá del combustible en todas sus rutas, a lo largo de todo este tiempo y a un precio razonable”, señala Vila. 

“Aunque el GNL es un combustible fósil, es el único combustible maduro tecnológicamente que permite reducir la contaminación atmosférica y las emisiones de CO2 y que dispone de una cadena logística implantada en muchos puertos. Esto permite a los armadores tener una seguridad de suministro”, explica.

Un hub de bunkering en el Mediterráneo

Desde principios de 2023, el Haugesund Knutsen tiene su base permanente en el Port de Barcelona. Se trata del primer buque de suministro de GNL que se ha construido en España y el primero, también, que ha pasado a tener una base fija en un puerto del país. 

Hasta ahora, los buques que suministraban GNL a otros barcos en el Port de Barcelona no tenían su base allí, sino que tenían que hacer largos trayectos – en ocasiones desde Gibraltar, Canarias o los Países Bajos – para llegar a su destino. El Haugesund Knutsen, sin embargo, tendrá su base en el puerto mediterráneo, lo que facilitará y reducirá los costes de estas operaciones.

El propio buque ha sido diseñado para realizar suministros ágiles y flexibles. “Dispone de bunker station en ambos costados, así como en el centro y en la popa del buque, lo que le permite suministrar por babor y estribor a distintos tipos de buques receptores y operar en un amplio rango de terminales para cargar GNL”, explica Daniel Ruiz. 

“Dispone de 2 tanques bilobulares tipo C con una capacidad total de 5000 metros cúbicos de GNL y se ha diseñado con un bajo calado aéreo, lo que le permite abarloarse a los cruceros por debajo de la línea de los botes salvavidas. Esto evita el uso de una pontona de separación entre el buque de suministro y el receptor, ahorrando costes y tiempo de operación”, añade.

El barco, propiedad de la empresa Knutsen y de Scale Gas, filial de Enagás, se construyó dentro del proyecto LNGHive 2 Barcelona. De acuerdo con los responsables de Medio Ambiente del Port de Barcelona, la participación en este proyecto ha permitido mejorar la redacción de un nuevo Pliego de Prescripciones Particulares para el suministro de GNL como servicio portuario, que se publicará en unos meses y que ha permitido mejorar la regulación de suministro existente. 

“Este y otros avances ayudarán a consolidar el puerto de Barcelona como hub de bunkering de GNL en el Mediterráneo. Además, nuestro deseo es que en el futuro también se consolide como hub de bunkering de los nuevos combustibles cero carbono”, señala Ruiz.