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Los puertos al sol: hacia la independencia energética a través de los paneles solares

Los puertos tienen la oportunidad de aprovechar sus numerosas infraestructuras para instalar paneles fotovoltaicos. En el Port de Barcelona ya coronan edificios y en el de Constanza, en Rumanía, los paneles flotan sobre el mar. Gracias al aprovechamiento de la energía solar, los puertos favorecen su independencia energética, reducen sus gastos y mitigan su impacto en el medioambiente.

Publicado el 12.01.2023
Puertos como el de la Haya ya han instalado paneles fotovoltaicos en sus instalaciones. (Getty Images)

Espacios que se aprovechan al máximo: el caso de Barcelona

Los sistemas de energía fotovoltaica están cada vez más extendidos y tienen una madurez tecnológica considerablemente alta. Su adopción se presenta como una oportunidad muy interesante para dejar atrás los combustibles fósiles y apostar por sistemas limpios y sostenibles, algo que cada vez tienen más en cuenta los puertos. 

Tal y como señalan en el informe ‘The new energy landscape: impact on and implications for European ports’, elaborado por Royal HaskoningDHV, estas entidades tienen la oportunidad de aprovechar sus extensas infraestructuras para generar energía. En España, y en concreto en Barcelona, una de las soluciones más eficientes por sus características climatológicas es la de instalar placas de energía solar.

En el puerto, la carrera para aprovechar la energía procedente del sol ya ha comenzado. “Actualmente, hay unos siete megavatios de energía solar instalados en distintas concesiones y edificios pero el potencial es aún mayor”, explica Héctor Calls, jefe de Sostenibilidad Ambiental del Port de Barcelona.

“El potencial de las instalaciones, teniendo en cuenta los edificios construidos y las terminales existentes, está entre los 90 y los 100 megavatios. Por ello, queremos instalar placas fotovoltaicas allá donde sea posible, en todas las superficies, techos o explanadas. Nuestro objetivo es aprovechar toda la energía solar que podamos generar”, explica Calls.

El Port de Barcelona ha instalado siete megavatios de energía solar en distintas concesiones y edificios. (Port de Barcelona)

El Port de Barcelona cuenta con proyectos ya desarrollados, otros en curso y otros con vistas al futuro. Recientemente, ha inaugurado una central fotovoltaica instalada en el área PIF (Punto de Inspección Fronterizo), con más de 700 placas que tienen capacidad para cubrir cerca de la mitad del consumo energético del edificio. 

 Barcelona y otros puertos aprovechan las características de sus infraestructuras para sacar el máximo partido posible a las renovables

Paneles que crean comunidades energéticas

El Port también está llevando a cabo un proyecto dentro de la iniciativa CREATORS para  instalar placas solares en el muelle de Pescadores y crear espacios de almacenamiento energético (baterías) para favorecer el autoconsumo

Desde hace unos meses, se están poniendo placas flexibles en las casitas de pescadores. “Se trata de unas placas especiales que pueden adaptarse, como una alfombra, a la forma de los tejados, que son redondeados”, explica Calls. “También se han instalado la batería y los sistemas de control y, antes de terminar el proyecto, esperamos tener la pérgola que cubrirá todo el patio de redes, que también contará con placas solares”. 

“Este proyecto es muy interesante porque con él se ha establecido una comunidad energética en la que la producción y el consumo se hacen a nivel local”, explica el jefe de Sostenibilidad Ambiental del Port. “Toda la energía que se genera se usa tanto en los propios edificios como en los muelles adyacentes”.

Varios prototipos de paneles solares están en marcha, como esta solución que incorpora un cable robusto en un piloto en el fiordo de Oslo (Getty Images).

Además, el Port de Barcelona está realizando un estudio de todas las edificaciones del recinto portuario para analizar la viabilidad de instalar placas solares (tanto convencionales como adaptables a diferentes superficies) en aquellas zonas que presenten un potencial interesante. 

A esto se suma la creación de una política de bonificaciones ambientales para apoyar la inversión en temas de movilidad sostenible y energías renovables en todas las terminales. De este modo, el Port busca favorecer el autoabastecimiento. 

“Los objetivos a largo plazo pasan por abastecer a todo el ámbito portuario en su conjunto: generar el máximo potencial de energía fotovoltaica y derivarla de una terminal a otra en función de sus necesidades y consumos”, explica Calls. “Queremos ser autosuficientes y crear energía local, de kilómetro cero, que se pueda generar y compartir dentro de los recintos del puerto”.

Los puertos reducen su dependencia de la red

Varios de los principales puertos del planeta han comenzado también su transición energética, con los objetivos de mitigar su impacto medioambiental, lograr la independencia de la red y reducir sus gastos. Al igual que sucede en Barcelona, aprovechan las características de sus infraestructuras para sacar el máximo partido posible a las renovables.

“Algunos de los aspectos más positivos son que los puertos estamos dando pie a que haya inversión propia de las terminales en autoconsumo a través de estas bonificaciones que implantamos. Y también que las autoridades portuarias estén intentando aprovechar al máximo el potencial de energías renovables que tienen”, señala Calls.

“Muchos puertos vamos en la misma línea: la de potenciar las concesiones para instalar y tener bonificaciones, siendo el puerto un actor muy proactivo en la instalación, no pasivo. Es el que promueve la instalación, invierte y quiere tener un rol de desarrollador y de inversor. Por tanto, es importante remarcar que los puertos ven el factor de la energía como algo estratégico”, añade.

En algunas ocasiones, la iniciativa es privada y, en otras, el promotor es el propio puerto. 

  • En Rotterdam, por ejemplo, las autoridades portuarias están instalando paneles en sus propiedades e incentivando a sus clientes a hacer lo mismo en sus instalaciones. 

 

Las placas solares flotantes cuentan con sistemas de flotadores y de anclaje y pueden soportar el impacto de olas de hasta un metro. (Getty Images)

  • Un proyecto interesante a nivel global es el del Puerto de Seattle, que ha completado la instalación de paneles solares en diferentes partes de sus terminales y sedes. Los paneles instalados en el Pier69 Solar Project, por ejemplo, tienen capacidad para producir 120 megavatios anuales y reducir 2 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año.
  • En el Puerto de Constanza, en Rumanía, han apostado por sacar beneficio de otra superficie: la marina. Han desarrollado una superficie de paneles fotovoltaicos flotantes con una potencia eléctrica de 15 megavatios, que se utilizan para alimentar parte de las instalaciones portuarias y el alumbrado público de las áreas cercanas. Estos paneles cuentan con sistemas de flotadores y de anclaje y pueden soportar el impacto de olas de hasta un metro.

    “Es un puerto muy grande en el que algunas zonas de dársenas no tienen una ocupación permanente de barcos, por lo que pueden mover estas instalaciones de un lado a otro, en función de sus necesidades”, explica Calls. “Es una solución muy interesante, pero que no es viable en el caso de Barcelona”. 

La lista no acaba aquí. Otros puertos, como el de Valencia en España, el de Gotemburgo en Suecia o el de Amberes, en Bélgica, cuentan con proyectos que utilizan sus instalaciones para sacar partido a las tecnologías renovables y aprovechar la energía del Sol.