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Connecting Europe Facility 2: 42.000 millones de euros para mejorar las redes de transporte europeas

El Mecanismo Conectar Europa es un instrumento clave de financiación de la Unión Europea para promover el crecimiento, el empleo y la competitividad a través de la inversión en infraestructuras a escala europea. Apoya al desarrollo de redes transeuropeas en los ámbitos del transporte, la energía y los servicios digitales para contar con unas infraestructuras altamente eficientes, sostenibles e interconectadas.

Publicado el 24.07.2018

Carles Rúa es Jefe de Innovación del Port de Barcelona y Director del Máster Executive en Supply Chain Management de la UPC.

La Unión Europea destinará nuevas partidas de financiación a la red transeuropea de transporte. [Imagen de Suganth]

El pasado 2 de mayo, la Comisión Europea presentó una propuesta para el Marco de Financiación Multianual (Multi-annual Financial Framework) para el periodo 2021-2027, para el Mecanismo Conectar Europa (Connecting Europe Facility, CEF). La propuesta incluye un presupuesto de 42.265 millones de euros para la financiación de las redes transeuropeas de transporte (Trans-European Networks) en los ámbitos del transporte, las telecomunicaciones y la energía.

Teniendo en cuenta la coyuntura actual, con la amenaza del Brexit y varios estados pidiendo una reducción de las aportaciones a la causa europea, el que esta cantidad sea sustancialmente superior a los 32.242 millones de euros con que se dotó el primer paquete CEF para el periodo 2014 - 2020 se puede considerar un éxito de la política europea de transportes.

La ratio de cofinanciación no deberá exceder, como regla general, el 30% de los costes elegibles. Esta cofinanciación podrá aumentar hasta el 50% en el caso de conexiones transfronterizas y hasta un 85% en el caso de las aportaciones procedentes de los fondos de cohesión.

De los 42.265 millones, 30.615 millones irán destinados a la red transeuropea de transporte, 6.650 millones a la de energía y 3.000 a las redes de comunicaciones. La red de transporte es, como en el periodo financiero anterior, la que más apoyo financiero recibirá.

30.615 millones irán destinados a la red transeuropea de transporte, 6.650 millones a la de energía y 3.000 a las redes de comunicaciones. La red de transporte es pues la que más apoyo financiero recibirá.

El presupuesto destinado a la Red Transeuropea de Transporte incluye tres orígenes de financiación diferentes: el llamado marco general, al que pueden acceder todos los países, una contribución de los Fondos de Cohesión, al que solo pueden acceder los países susceptibles de recibir esos fondos, y, como novedad en esta propuesta, una partida no desdeñable del clúster de defensa de 6.500 millones de euros para apoyar la movilidad militar.

En las presentaciones realizadas hasta ahora por INEA y la Comisión Europea, no está claramente definido el destino de esta última partida. Se habla de infraestructuras que en un 99% de los casos tendrían uso civil, pero que necesitarían estar adaptadas a la movilidad militar, por ejemplo, en términos de gálibo. La propuesta se basa en el Plan de Acción para la Movilidad Militar (Action Plan on Military Mobility) adoptado por la Comisión en marzo de 2018, y parece ser que cada Estado miembro podría definir sus prioridades en este sentido.

Del marco general, un 60% del presupuesto se destinará al desarrollo de la red, básicamente en términos de infraestructura, mientras que el 40% restante se destinará a modernizar la red existente mediante el despliegue de sistemas de información (SESAR, RIS, etc.), la digitalización, la mejora de la seguridad, etc. Dentro de este 40%, también se prevé incluir la partida relativa a las autopistas del mar.

Dentro de las partidas dedicadas al desarrollo de la red, el 75% de la financiación irá a los nueve corredores de la red básica (Core Network Corridors), un 10% a otras secciones de la red básica y el 15% a la red global.

La ratio de cofinanciación de los proyectos que se presenten no deberá exceder, como regla general, el 30% de los costes elegibles. Esta cofinanciación podrá aumentar hasta el 50% en el caso de conexiones transfronterizas, y en el caso de las aportaciones procedentes de los fondos de cohesión, podrá aumentar hasta un 85% para actuaciones transfronterizas.

La misma propuesta, en su anexo, modifica la definición de las Redes Transeuropeas de Transporte, con una nueva propuesta que incluye nuevos tramos.

Un 60% del presupuesto se destinará al desarrollo de la red en términos de infraestructura, mientras que el 40% restante se destinará a modernizar la red existente mediante el despliegue de sistemas de información (SESAR, RIS, etc.), la digitalización o la mejora de la seguridad, entre otras medidas.

La definición actual de la TEN-T y la nueva propuesta enviada a trámite parlamentario.

En el ámbito español, los cambios principales en la RTE-T son la extensión de Corredor Atlántico hacia el noroeste peninsular, con el desarrollo de las conexiones en los puertos de La Coruña y Gijón, la conexión en Huelva y la conexión entre Zaragoza y Vitoria, que, de facto, refuerza el eje cantábrico-mediterráneo entre Bilbao, Zaragoza y Tarragona. Se han añadido también las conexiones con las islas Baleares y Canarias, aunque en este caso la conexión desgraciadamente no tendrá, aparentemente, consecuencias prácticas si no se cambia la definición de las autopistas del mar. En efecto, para que un proyecto pueda ser reconocido como autopista del mar, debe contar con un mínimo de dos puertos (uno de ellos, al menos debe pertenecer a la red básica) de dos estados miembros diferentes y una conexión marítima que los una. El hecho de que los dos puertos deban pertenecer a dos estados diferentes impide que una conexión Barcelona-Palma o Valencia-Palma pueda recibir financiación como autopista del mar.
Para ser reconocido como autopista del mar, un proyecto debe contar con un mínimo de dos puertos en dos estados miembros diferentes y una conexión marítima que los una.
La implementación de este programa, visto el éxito del periodo anterior, recaerá en INEA (Innovation and Networks Executive Agency). Ahora la propuesta de la Comisión Europea inicia su tramitación al Parlamento Europeo, antes de su aprobación definitiva.