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Marina Vela: la primera marina seca robotizada de Europa

Marina Vela estrenará en breve la marina seca más moderna del mundo. Se trata de un sistema automatizado que identifica las embarcaciones, las eleva y deposita en un almacén mediante un sistema de brazos robóticos y raíles, para luego colocarlas en un lecho personalizado mediante un sistema de mesas transportadoras y grúas. Esta puntera tecnología conlleva múltiples beneficios que inciden no solo en los aficionados a la náutica, sino también en la ciudadanía y el medio ambiente.

Publicado el 13.12.2018
Marina Vela durante su proceso de construcción [Imagen del Port de Barcelona]

Marina Vela es la marina destinada a la náutica recreativa que abrió sus puertas el pasado verano en Barcelona. Está situada en la bocana norte del puerto, junto al Hotel W (el emblemático edificio de Ricard Bofill conocido popularmente como hotel Vela) y la plaza Rosa dels Vents, junto al barrio de la Barceloneta. Con estas nuevas instalaciones, la Autoridad Portuaria de Barcelona pretende, además de proporcionar más amarres para los aficionados a la náutica, acercar este deporte a la ciudadanía y dotarlo de nuevos espacios públicos, comerciales y de ocio.

Con la vista puesta en la ciudadanía

“Querer acercar la náutica a todo el mundo y hacer de la marina un espacio público y abierto a la ciudadanía implicaba darles prioridad sin restar, claro, amarres para las embarcaciones”, nos explica Lluís Pascual, ingeniero de Telecomunicaciones y responsable del proyecto. “La solución era crear una marina seca que multiplicara el número de embarcaciones que podía albergar, minimizando el impacto en el paisaje”. De esta forma, con la colaboración de Idasa y la Universitat Politècnica de Catalunya, se desarrolló una marina seca completamente automatizada que permite albergar 222 embarcaciones de hasta 9 metros de eslora y un máximo de 4 toneladas de peso.

“Este sistema nos permitía añadir más amarres a la vez que nos ayudaba a crear un entorno más dinámico para los paseantes”. El sistema de la marina seca automatizada dispone de brazos robóticos, inspirados en los que se usan en sectores industriales como la automoción, que elevan la embarcación y la sitúan en un túnel que accede a la marina seca. De esta forma, “se supera el vial de la marina, sin perjudicar a los paseantes ni a los comercios o restaurantes que pronto darán vida a la zona”. La elección de este sofisticado sistema servirá, pues, para que ciudadanos y turistas puedan disfrutar más del espacio. Una vez en el interior, un sistema de grúas transporta la embarcación hasta su punto de almacenaje personalizado.

El sistema de la marina automatizada dispone de brazos robóticos, inspirados en los que se usan en sectores industriales como la automoción, que elevan la embarcación y la sitúan en un túnel que accede a la marina seca.

El desarrollo de este proyecto ha supuesto una importante investigación por parte de sus responsables. Solo existen unos pocos precedentes de marinas secas automatizadas de características similares a la que pronto abrirá sus puertas en Barcelona: The Port Marina, en Fort Lauderdale (Florida, Estados Unidos), que desarrolló la empresa Maffstack durante algo más de diez años, es una de ellas. Esta marina, de menor capacidad que la de la Marina Vela, también está automatizada y basa su sistema en sensores y láseres que guían los movimientos del barco. En el caso de las instalaciones de Florida, no se ha priorizado tanto el uso público de la marina como proteger las embarcaciones de los huracanes que a menudo azotan esa región norteamericana. Al no disponer de más referentes en el contexto náutico, cuenta Lluís Pascual, a la hora de desarrollar el sistema se han fijado “en las instalaciones de los almacenes logísticos robotizados que ya tienen numerosas empresas, como ocurre en la industria automovilística”.

Servicio personalizado y continuo

La Marina Seca robotizada ofrece, además, un mejor servicio a sus usuarios respecto a los amarres tradicionales, gracias a las posibilidades de personalización. “Cuando un patrón decide dejar aquí su embarcación, lo primero que debe hacerse es una maniobra de ajuste de ésta con el sistema. Lo que se hace es calibrar la maquinaria para adaptarla a las características de cada barco, como la eslora, la manga o la altura”. Con esa información, se creará un tag, una etiqueta identificadora única, para cada embarcación. “Cuando llegue a la marina, el sistema la identificará y adaptará los elementos de transporte a sus características, pero también la llevará a un lecho, también personalizado, para minimizar el impacto en el casco de la embarcación durante el tiempo que ésta permanezca en la Marina Vela”, especifica el técnico.

Antes de la entrada al almacén, además, “se limpia el casco mediante agua a presión para eliminar el salitre, que podría dañarlo. Luego, unos ventiladores lo secan para evitar que la humedad entre en la instalación”, cuenta Pascual. Todas estas operaciones –limpieza del casco, elevación del barco con brazos robóticos, transporte en el interior de la marina hasta su lecho personalizado– se realizan en un tiempo récord de entre cinco y seis minutos. En el proceso interviene, además, una única persona (que, de hecho, simplemente supervisa la operación y se asegura de que no quede nadie en la embarcación cuando se introduzca en la instalación), con lo que permite que la marina seca pueda dar servicio de manera continua. Para asegurarse de que el servicio pueda realizarse sin apenas intervención humana y de la forma más ágil posible, “se ha creado una aplicación para smartphone mediante la cual los patrones podrán reservar franjas horarias para depositar o sacar su embarcación de la marina”.

Todos estos “aportes tecnológicos”, para Pascual, “servirán para dar un mejor servicio a los aficionados a la náutica”, pero también supone una solución más sostenible desde un punto de vista medioambiental, puesto que este sistema implica más amarres en un espacio menor, además de minimizar el impacto sobre el entorno marino. En definitiva, y tras estudiarlo a conciencia, “es la solución más sostenible, tanto económica como medioambientalmente, que hemos podido encontrar”.