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¿Qué proyectos moldean la descarbonización del sector marítimo?
Optimizar el diseño de los buques, apostar por energías limpias o compartir conocimiento. Un nuevo informe del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (Joint Research Centre) hace un análisis de más de 150 proyectos que buscan descarbonizar el sector marítimo en Europa, de sus objetivos y de los retos que se presentan para alcanzar el éxito.
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Los proyectos que impulsan el cambio
El sector marítimo europeo da pasos firmes para lograr una mayor sostenibilidad, pero es necesario incrementar los esfuerzos para alcanzar los objetivos fijados.
De acuerdo con la segunda edición del European Maritime Transport Environmental Report, entre las metas principales está reducir el uso de energía, los niveles de contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero, así como aumentar la protección de la biodiversidad.
Pero, ¿qué pasos se están dando para conseguirlo? ¿Cuáles son los proyectos que hacen realidad la descarbonización y la sostenibilidad en el sector marítimo europeo? Otro informe, publicado recientemente por el Centro Común de Investigación (Joint Research Centre, JRC) de la Comisión Europea, da respuesta a estas preguntas a través del análisis de 151 proyectos de descarbonización financiados por la UE con casi 1.000 millones de euros. Y destaca la importancia de la innovación tecnológica, de las mejoras en las medidas operativas y de la coordinación para hacer realidad un sector marítimo más sostenible.
Más de un tercio de los proyectos analizados en el informe, que lleva el título de ‘Research and Innovation supporting the decarbonisation of the European Waterborne Sector’, gira en torno a establecer mejoras tecnológicas, ligadas al diseño de los vehículos o al desarrollo de sistemas de propulsión alternativos. Cerca del 23 % busca establecer avances a nivel operacional y un 9 %, de coordinación, apoyo y transferencia de conocimiento.
El papel clave del diseño de los buques
Innovar en el diseño de los buques permite reducir su peso, su nivel de resistencia al navegar y su consumo energético, lo que se traduce en una reducción de emisiones. Por ello, introducir cambios tanto en los buques nuevos como en los que ya están en funcionamiento es uno de los aspectos clave de la investigación para mejorar la sostenibilidad de la industria.
“La mejora del diseño no introduce grandes cambios sistémicos, por lo que su aplicación tendrá menos barreras que otras de las soluciones, como la adopción de combustibles de bajas emisiones”, señala Maurici Hervas, responsable de Transición Energética del Port de Barcelona. En este sentido, el informe recomienda acortar el procedimiento de evaluación de riesgos y los procesos de prueba, para poder acelerar la adopción de nuevos materiales innovadores.
- Uno de los proyectos analizados en el estudio del JRC es FIBRE4YARDS, que busca introducir en los astilleros tecnologías de producción avanzadas ya testeadas en otras industrias para construir barcos modulares.
- Otro de los proyectos es TRAM, que tiene el objetivo desarrollar un buque de pasajeros de cero emisiones mediante una producción modular. Hoy, el buque resultante del proyecto, el Medstraum, hace una ruta diaria en Stavanger (Noruega). En el siguiente video se explica en qué consiste la producción modular.
Sistemas de propulsión alternativos
Los avances realizados en los últimos años han conseguido que algunos sistemas de propulsión alternativos, como los asistidos por el viento, resulten eficaces para reducir el consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto, señalan en el informe, subraya su papel en el avance hacia un transporte marítimo más sostenible.
- Proyectos como ORCELLE u OPTIWISE, centrados en el desarrollo de sistemas para impulsar buques gracias a la energía del viento, respaldan esta idea.
“El informe nombra un gran número de proyectos, algunos de los cuales comparten soluciones, lo cual apunta a su viabilidad”, señala Hervas. “Además, se mencionan ahorros desde el 10 hasta el 50%. Estos ahorros dependerán de las rutas, de los segmentos de tráfico y de la gestión de la flota, pero todo apunta que estas tecnologías tendrán una penetración creciente en el mercado, sobre todo cuando Fuel EU o su equivalente de la IMO se vuelvan más y más restrictivas”.
No obstante, también existen dificultades. Como barrera, añade el responsable de Transición Energética del Port de Barcelona, está la necesidad de introducir cambios en la forma de operar los buques y las flotas, lo que implica cambios sistémicos relevantes. Desde el JRC destacan también la necesidad de crear marcos regulatorios para respaldar estas innovaciones.
“Ciertos bio-fuels y el metanol verde son las soluciones de combustibles alternativos más maduras, a pesar de encontrarse en el inicio de la etapa comercial. El problema con los bio-combustibles es la limitación de materia primas y su alta compatibilidad con los combustibles actuales, que los hacen atractivos para sectores con mayor voluntad de pago, cómo el aéreo”.
Maurici Hervas, responsable de Transición Energética del Port de Barcelona
La apuesta por energías alternativas
Dejar atrás los combustibles fósiles y apostar por otras energías menos contaminantes es otra de las apuestas principales para avanzar en la descarbonización. No obstante, la implementación de alternativas encuentra numerosos desafíos y la utilización de algunos combustibles dañinos para el medioambiente sigue aumentando. Las emisiones de gas metano derivadas del transporte marítimo, por ejemplo, se han duplicado entre 2018 y 2023, de acuerdo con el ‘European Maritime Transport Environmental Report’.
Los proyectos analizados en el informe de JRC se centran sobre todo en el uso del amoniaco, los bio-fuels, el hidrógeno, el metanol y la electrificación.
“A nivel de desarrollo, ciertos bio-fuels y el metanol verde son los más maduros, a pesar de encontrarse en el inicio de la etapa comercial”, explica Hervas. “El problema con los bio-combustibles es la limitación de materia primas y su alta compatibilidad con los combustibles actuales, que los hacen atractivos para sectores con mayor voluntad de pago, cómo el aéreo”.
La electrificación, añade Hervas, es uno de los grandes interrogantes. “Tendrá su lugar en trayectos de corta distancia, y el rango podría verse incrementado a medida que las opciones de almacenamiento de electricidad superan las expectativas. Además, la aplicación de medidas de eficiencia energética puede contribuir a la expansión del conjunto de rutas en las que se podrían adoptar tecnologías de electrificación”, explica .
En los últimos meses se han presentado propuestas interesantes en el campo de la electrificación. Una de ellas es el proyecto lanzado por Balearia, que tiene como objetivo construir dos ferris 100 % eléctricos con los que operar el primer corredor verde entre España y Marruecos.
Cada barco tendrá una potencia eléctrica de 16 MW, gracias a propulsores eléctricos alimentados por baterías que les permitirán realizar toda la travesía entre Tarifa y Tánger con cero emisiones. Estas baterías podrán cargarse en las escalas en los puertos, que tienen una duración de una hora. Se espera que los dos buques estén operativos en 2027.
A su vez, de acuerdo con Hervas, el hidrógeno sin ser procesado en amoníaco o metanol puede disponer de su mercado, pero este se verá limitado por la electrificación en los segmentos cortos o de pequeño tonelaje, y por sus derivados en los segmentos más largos. El proyecto HySeas III, por ejemplo, es uno de los muchos centrados en hacer realidad un ferry capaz de funcionar con hidrógeno producido con fuentes renovables.
En España, el proyecto SUPORT (realizado por IREC junto a Aigües de Barcelona y el Port de Barcelona) busca desarrollar un sistema prototipo para generar combustibles marítimos sintéticos a partir de materia de las plantas de tratamiento de aguas residuales.
“Al integrar toda la cadena se puede validar una opción económica y circular para contribuir al suministro de energía de emisiones neutras”, resalta Hervas
Digitalización y medidas operacionales
La digitalización tiene la capacidad de mejorar tanto la eficiencia operativa como la sostenibilidad. El uso de inteligencia artificial, gemelos digitales, blockchain , big data y otras soluciones tecnológicas puede tener un gran valor para lograr la descarbonización, como ponen de manifiesto proyectos como Next Gen Bluetech o VesselAI.
“La digitalización tiene un papel relevante, por ejemplo, para potenciar la electrificación y la adopción de la propulsión eólica. Poder optimizar las rutas, incorporando los datos de previsión meteorológica, de consumo del buque y de coordinación con los puertos, permitirá maximizar los ahorros de estas tecnologías”, añade Hervas.
La optimización de las medidas operacionales también juega un papel fundamental para lograr la descarbonización y la eficiencia. Por ejemplo, mejorar el diseño de las rutas puede reducir el consumo de combustible y, con él, las emisiones de CO2.
Algunos proyectos, como Circles of Life, se centran en otros objetivos, como favorecer la economía circular a lo largo del ciclo de vida de las embarcaciones.
Coordinación para compartir conocimiento
Compartir conocimiento, experiencia y know-how es fundamental para que los aprendizajes adquiridos en los 151 proyectos analizados por JRC (y tantos otros) tengan un impacto real en la descarbonización.
“Es uno de los puntos reflejados en el informe Draghi, que evidencia que la colaboración es fundamental para ser competitivos y también para alcanzar a tiempo las ambiciones de mitigación del cambio climático”, señala Hervas.
- “Pioneers es un proyecto que busca desarrollar 19 soluciones, maximizar la transferibilidad de estas entre los puertos europeos y desarrollar un modelo de plan de puerto verde que acelere la adopción de estrategias de sostenibilidad ambiental en el conjunto portuario europeo”, ejemplifica.
- “Otro ejemplo es Green Marine Med, un proyecto europeo en el que participa el Port de Barcelona para consolidar el conocimiento en navegación sostenible actual, caracterizar la situación en el Mediterráneo, promover el conocimiento a través de formaciones, establecer un observatorio de tecnologías y soluciones y fundar un centro de excelencia de la navegación sostenible”.
“La competitividad de la economía y de las cadenas de transporte no puede tomarse a la ligera, puesto que tienen un profundo efecto social. Si no se toman los riesgos o se asumen aumentos del coste de forma transversal en todo el globo, será muy difícil que las empresas y los gobiernos den el paso y adopten o establezcan regulaciones más estrictas”, avisa el responsable de Transición Energética del Port de Barcelona.
Retos, desafíos y objetivos para el futuro
Una de las principales conclusiones del informe de JRC es que, aunque se están haciendo avances importantes, todavía queda un largo camino por recorrer si deseamos alcanzar los objetivos de descarbonización establecidos por la UE y la IMO para 2050. Es necesario agilizar los procesos de prueba e introducción de nuevas tecnologías, crear marcos regulatorios y aumentar la financiación pública, entre otras acciones.
“Se están destinando muchos recursos y se está realizando un gran trabajo, con mucha voluntad y compromiso por parte de un gran número de profesionales, pero por desgracia la investigación, la comercialización y la adopción de nuevos servicios y soluciones son acciones muy complejas e íntimamente ligadas a las repercusiones económicas”, señala Hervas.
“La competitividad de la economía y de las cadenas de transporte no puede tomarse a la ligera, puesto que tienen un profundo efecto social. Si no se toman los riesgos o se asumen aumentos del coste de forma transversal en todo el globo, será muy difícil que las empresas y los gobiernos den el paso y adopten o establezcan regulaciones más estrictas”, avisa el responsable de Transición Energética del Port de Barcelona.