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Los puertos como ‘hubs’ de innovación: una oportunidad para disparar el crecimiento económico del territorio

Las nuevas tecnologías incrementan la productividad y reducen los costes de producción, pero también pueden suponer la destrucción masiva de puestos de trabajo. El reto es el siguiente: aprovechar las incuestionables ventajas de la tecnología y, al mismo tiempo, construir un modelo económico que permita sacar el máximo potencial del territorio y de las personas que viven en él. Los puertos, si son capaces de integrar hubs de innovación, pueden contribuir de forma decisiva a superar esta paradoja y convertirse en vectores potenciadores de la prosperidad y el empleo. Ramon Gras, investigador especializado en Ciudades e Infraestructuras de la Universidad de Harvard, lo explica en PierNext.

Publicado el 23.05.2019

Ramon Gras es diseñador urbano y de infraestructuras. Investigador de innovación urbana en la Universidad de Harvard y cofundador de Aretian.

El puerto de Rotterdam es el puerto marítimo más grande de Europa y debe su posición a su buena accesibilidad para los buques de alta mar.

Uno de los retos principales que la sociedad deberá afrontar durante los próximos años es el de crear un sistema económico que ofrezca oportunidades profesionales de calidad para la mayoría de la población, donde las personas puedan desarrollar su potencial y disfrutar de los frutos de su esfuerzo en un modelo de prosperidad distribuida. Sin embargo, hay un factor que amenaza la viabilidad y consolidación de este modelo: la sofisticación y la rápida extensión de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica y la automatización de tareas.

Por una parte, esos avances tecnológicos permiten disparar la productividad, la calidad de los servicios y la eficiencia de los procesos, así como reducir costes de producción de forma muy significativa. Por otra parte, y pese a estas ventajas, la sociedad está empezando a sufrir los efectos de las externalidades negativas generadas por la extensión de esos sistemas tecnológicos, como la destrucción masiva de puestos de trabajo que van quedando poco a poco obsoletos.

La paradoja que plantea este reto es de primer orden. La adopción de sistemas tecnológicos más avanzados representa numerosas ventajas y es imprescindible para garantizar la competitividad económica del territorio. A corto plazo, esta rápida revolución tecnológica está contribuyendo a una sociedad cada vez más desigual. En particular, perjudica notablemente las posibilidades profesionales, sobre todo en aquellos territorios donde la estructura económica se apoya menos en el talento de sus ciudadanos y en sistemas de incentivos meritocráticos.

 

El Pier01 es el hub tecnológico internacional de referencia en Europa, 11.000 m2 donde conviven más de 100 compañías y start-ups. [Imagen de Pier01]

La buena noticia es que se cuenta con las herramientas para dar una respuesta constructiva a este reto y favorecer un modelo económico que permita sacar el máximo potencial del territorio y del talento de las personas que viven en él.

Tres son los factores fundamentales que permiten romper esos ciclos de estancamiento económico y falta de oportunidades profesionales y vitales: la capacidad de innovación individual y colectiva; el know-how colectivo y la capacidad de producción del territorio; y las redes logísticas que permiten la exportación eficiente y ágil de productos de alto valor añadido.

En cuanto a la capacidad de innovación individual y colectiva, la investigación que llevamos desarrollando en la Universidad de Harvard con mi colega Jeremy Burke durante los últimos años demuestra que la concentración geográfica de actividades en torno al conocimiento incentivan la innovación, de modo que dispara la prosperidad y las oportunidades de un territorio de forma exponencial.

Hemos tenido ocasión de crear el primer Atlas de Distritos de Innovación del Mundo, que se publicará próximamente. Hemos analizado el impacto que producen en la sociedad los cincuenta distritos de innovación más potentes de Estados Unidos, en ciudades como Nueva York, Boston, San Francisco Bay Area, Los Angeles, Chicago, Pittsburgh y Austin, entre otros.

Los avances tecnológicos permiten disparar la productividad, la calidad de los servicios, la eficiencia de los procesos y reducir costes de producción de manera muy significativa

Uno de los principales hallazgos de la investigación es que los distritos de innovación tienden a crear círculos económicos virtuosos. De cada empresa, institución gubernamental de investigación o centro de transferencia de tecnología tienden a surgir numerosas iniciativas y spin-offs, en una suerte de proceso de difusión, que hace que esos distritos produzcan cuatro veces más innovaciones (patentes, nuevos productos, nuevos servicios o I&D) por profesional. También atraen o crean hasta nueve veces más puestos de trabajo intensivos en conocimiento, y generan veinte veces más producción económica por habitante. A su vez, por cada puesto de trabajo intensivo en conocimiento, esos distritos generan en cascada cuatro o cinco puestos de trabajo extra de apoyo a la industria, contribuyendo a la reducción del paro.

En cuanto al know-how colectivo del territorio, la investigación de los investigadores Hausmann e Hidalgo en el campo de la complejidad económica y del Product Space of Exports demuestra que el nivel de sofisticación y diversificación de las exportaciones de un país o de una región mantiene una íntima relación con la robustez y la prosperidad del sistema económico de la sociedad. Asimismo, el nivel de complejidad y diversificación de los productos de alto valor añadido que un país exporta sirve de indicador avanzado para realizar pronósticos de crecimiento económico con gran fiabilidad. Los países que exportan productos con estas características cuentan con una economía más próspera y resiliente a las crisis cíclicas, así como con índices de paro, de criminalidad y de corrupción estructural notablemente menores.

 

RDM Rotterdam es el punto de acceso para la innovación en el puerto, donde la industria manufacturera del futuro está tomando forma. [Imagen de Francesc Bonada]

Finalmente, las redes y las plataformas logísticas ágiles y eficientes permiten exportar los productos de alto valor añadido de forma competitiva en el mercado global. En este sentido, los puertos tienen un impacto inmenso en la salud de la economía de un país, gracias a la creciente competitividad del transporte marítimo y por el volumen de productos y mercancías que mueven. No es casualidad que una infraestructura como el Canal de Erie permitiera el crecimiento exponencial del Puerto de Nueva York, convirtiendo la ciudad en el centro económico mundial. Un fenómeno similar ha convertido a Singapur en un vector logístico y económico de primer orden en el sudeste asiático, durante los últimos cincuenta años.

Uno de los principales hallazgos de nuestros estudios es que los distritos de innovación que actúan en sinergia con las industrias que cuentan con una ventaja comparativa en el territorio, así como con las redes de exportación, tienden a generar un impacto positivo en la sociedad. Consiguen unos beneficios muy superiores a aquellos que se encierran en sí mismos y no crean un vínculo tecnológico con la industria exportadora local.

En este sentido, el potencial estratégico de los puertos como vectores potenciadores de la prosperidad y de impacto económico positivo se puede multiplicar si, al integrar plataformas logísticas intermodales, se convierten también en anfitriones de hubs de innovación, apoyando a las industrias que cuenta con un ventaja comparativa en el territorio.

 

El Nottingham-Ningbo Incubator Center es un hub para empresarios y estudiantes que buscan transformar ideas en productos viables y compañías escalables. [Imagen de UNNC Incubator]

Una estrategia ganadora puede ser incorporar de forma eficiente hubs de innovación (generación de nuevas ideas, productos, soluciones, servicios) en el entorno de los puertos, en sinergia con las plataformas logísticas. Así se podría multiplicar el efecto positivo para la sociedad y el desarrollo de una economía fuerte y competitiva, al servicio de las personas.

Por ejemplo, China está desarrollando una iniciativa pionera en el entorno del Puerto de Ningbo, en el delta del río Yangze, próximo a la autoridad portuaria n.º 1 del mundo en tonelaje de mercancías transportadas vía contenedores. Por una parte, en 2016 se creó Ningbo Supply Chain Innovation Institute China, integrado en la red del Massachusetts Institute of Technology (MIT). El objetivo es impulsar la investigación puntera y transferencia de tecnología relativa como centro de investigación en logística y cadena de suministro, para potenciar la región como hub logístico intermodal líder a escala mundial. Por la otra, la Universidad de Nottingham Ningbo Xina (UNNC) ha lanzado oficialmente el Centro de Incubadoras Nottingham-Ningbo, destinado a convertirse en un ecosistema para apoyar a emprendedores y estudiantes que deseen transformar las ideas en productos viables y en empresas escalables.

Por su parte, el gobierno de Singapur puso en marcha, en 2016, una asociación entre Georgia Institute of Technology y la Universidad Nacional de Singapur para crear una nueva iniciativa de investigación centrada en el análisis de datos, la automatización y el desarrollo de puertos, para generar sinergias positivas con el hub intermodal y la economía regional.

En el ámbito europeo, el Puerto de Rotterdam ha lanzado recientemente cuatro iniciativas para apoyar el ecosistema de innovación local: el Rotterdam Innovation District, el Puerto Innovation Lab, en colaboración con la Universidad de Delft, el programa SmartPort 2.0 y el programa PortXL, que ejerce de aceleradora de iniciativas emprendedoras centradas en la mejora de los servicios relativos al puerto.

Podemos cerrar esta lista de ejemplos con Pier01, primer campus de la asociación de emprendedores Barcelona Tech City, que acoge el Puerto de Barcelona en un antiguo almacén de mercancías del siglo xix, y considerado uno de los centros de innovación más importantes del mundo, según la revista Forbes. Presenta una oportunidad extraordinaria para establecer relaciones entre los ecosistemas de innovación, de producción industrial y de exportación de productos y servicios de alto valor añadido. Un ejemplo de contribución decisiva a la creación de una sociedad más próspera, justa y generadora de oportunidades para el desarrollo del talento de sus ciudadanos.