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Los puertos buscan reducir su contaminación acústica

En su camino hacia la sostenibilidad, los puertos del futuro deben enfrentarse al gran reto de reducir las emisiones perjudiciales a la atmósfera. Sin embargo, es habitual que uno de los contaminantes más dañinos para la salud humana se quede al margen de las discusiones: la contaminación acústica. A continuación, se enumerarán posibles vías de acción para reducir el impacto sonoro de los puertos.

Publicado el 27.08.2020

África Marrero es Ingeniera Naval y Oceánica, actualmente desarrolla proyectos de investigación en el área de Logística y Transporte Marítimo en el Center for Innovation in Transport (CENIT) del CIMNE.

Al ser uno de los problemas más preocupantes de los puertos, varias autoridades portuarias ya han comenzado a desplegar medidas contra la contaminación acústica. (Gettyimages)

El 80% del transporte mundial se lleva a cabo por vía marítima y se espera que el sector reduzca sus emisiones de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, los definidos en el Pacto Verde Europeo o los establecidos por la propia Organización Marítima Internacional (OMI). No obstante, esto debe ir acompañado de una rebaja en la contaminación sonora como consecuencia del alto número de actividades que se realizan de manera simultánea en un puerto. Lamentablemente, de momento no existe ningún protocolo de medición universal para la calificación de la contaminación acústica en las infraestructuras portuarias.

El principal impacto lo reciben los habitantes, generando molestias y alteraciones del sueño. El ruido no es sólo una cuestión de comodidad, puede afectar considerablemente a la salud, siendo también un factor de riesgo para los casos de muerte prematura.

Pueden haber varias fuentes de ruido que varían según el puerto y el tipo de tráfico. Sin embargo, las fuentes más comunes son:

  • Máquinas de trabajo como grúas, apiladoras de alcance, carretillas elevadoras o tractores de terminal.
  • Tráfico de camiones y coches. Los puertos suelen tener un alto flujo de movimiento proveniente de las carreteras como los camiones pesados o los coches necesarios para recoger a los pasajeros de los buques.
  • Las operaciones ferroviarias generan ruido, especialmente cuando se desvían los vagones.
  • Interfaz barco-muelle. La conexión entre el buque y el muelle suele hacerse mediante rampas de metal u hormigón. Cuando los vehículos utilizan estas estructuras, se genera un ruido considerable.
  • Manipulación de cargas. El ruido proviene de la caída de los contenedores al suelo, a un vehículo o a otro contenedor. El mayor alboroto se genera al mover el granel seco.
  • Buques: los motores, los sistemas de ventilación e hidráulicos, las bombas, entre otros.

 

En algunos casos el ruido proviene del movimiento de los contenedores. (Gettyimages)

El ruido ambiental está regulado por la Directiva de Ruido Ambiental de la Unión Europea (END), emitida en 2002. La Directiva 2002/49/CE se centra en las aglomeraciones de más de 100.000 habitantes y en los centros y redes de transporte, carreteras, ferrocarriles, aeropuertos o puertos con un cierto número de movimientos al año. La finalidad de esta directiva es ofrecer una síntesis de las opciones de gestión para evitar, prevenir o reducir los efectos nocivos del ruido, incluidas las molestias.

Con el fin de cumplir la legislación de la UE, las autoridades portuarias y el resto de organizaciones que participan en la industria del transporte marítimo pueden poner en marcha varias medidas para mitigar el ruido en los enclaves marítimos:

  • Disposición del puerto. Una ubicación óptima de las diferentes funciones portuarias puede reducir considerablemente la contaminación acústica.
  • Disposiciones sobre el tráfico. Como se ha mencionado anteriormente, el ruido del tráfico inducido por las actividades portuarias genera una gran contaminación acústica. Cambiar la forma en que los vehículos entran a las instalaciones puede reducir el estruendo. Por ejemplo, a través de túneles, creando zonas de aparcamiento para evitar colas, etc.
  • Diseño de rampas. Las modificaciones como la implementación de revestimientos de goma y aislamientos en las rampas pueden mejorar la situación.
  • Métodos de carga más silenciosos. Este punto se puede reducir mediante una "conducción suave", es decir, aminorar la velocidad de conducción. Aunque puede ser una alternativa difícil de realizar porque implica disminuir los tiempos de operación.
  • Flota de máquinas más silenciosas. Por lo general, cuanto más nueva es la maquinaria, menor contaminación acústica. Los modelos eléctricos e híbridos pueden reducir el ruido de manera significativa.
  • Paredes y barreras de ruido. Una simple medida como la ubicación estratégica de los contenedores puede aislar el ruido del puerto.
  • Asignación de atracaderos. Los buques más ruidosos deben colocarse lo más lejos posible de las zonas residenciales.

Para reducir el ruido pueden aplicarse otras soluciones como la utilización de horarios para regular la estancia de los buques, la restricción de las horas de apertura para evitar las molestias nocturnas o la imposición de límites de velocidad a los vehículos.

Es importante prestar especial atención a los cruceros y a los buques RO-PAX debido a su proximidad a las zonas urbanas con respecto a otros tipos de embarcaciones. Además, los cruceros nunca apagan todos los motores auxiliares porque los servicios como la cocina o el mantenimiento necesitan un suministro de energía constante. Por eso, suelen utilizar silenciadores que reducen de 10 a 20dB; sin embargo, emiten de 95 a 105dB dependiendo de la frecuencia.

 

Los puertos suelen tener un alto flujo de movimiento proveniente de las carreteras como los camiones pesados o los coches necesarios para recoger a los pasajeros de los buques. (Gettyimages)

¿Qué hacen los puertos al respecto?

Al ser uno de los problemas más preocupantes de los puertos, varias autoridades portuarias ya han comenzado a desplegar medidas contra la contaminación acústica.

El primer paso es conocer los niveles de ruido emitidos. Así, dos puertos italianos y uno francés participan en el proyecto Interreg TRIPLO, que también trata de instalar sensores de bajo coste para producir mapas de ruido en vivo. En la misma línea, en la ciudad portuaria de La Spezia, en Liguria, Contship Italia instaló receptores de ruido en el área directa que rodea su terminal. Gracias a ellos se pudo saber que cuando no había ningún buque en la terminal, la contaminación acústica era limitada.

El segundo paso es establecer medidas que reduzcan el impacto sonoro, por ejemplo, el puerto de Gotemburgo ha engomado las rampas metálicas utilizadas para atracar los buques.

El uso de combustibles alternativos por parte de las compañías navieras (por ejemplo, el GNL) contribuiría a reducir la contaminación acústica. La terminal no puede ser responsable en última instancia de las emisiones que no están creando.

Varios países de la Unión Europea, como Suecia o Finlandia, han incorporado el sistema de combustible de suministro de energía en tierra, que no solo es un instrumento para que los puertos reduzcan la contaminación atmosférica, sino también la acústica. La implementación del sistema sustituye a los motores auxiliares utilizados para producir electricidad para los buques atracados, eliminando así el ruido del motor.

Asimismo, algunos propietarios de buques han aplicado modificaciones a sus embarcaciones para reducir la contaminación acústica instalando silenciadores en la ventilación de la sala de máquinas y en los conductos de ventilación. A pesar del alto coste de estas alternativas, en algunas situaciones son necesarias para hacer frente a los ruidos.

Por otro lado, a la hora de construir nuevas embarcaciones, evitar el ruido es más fácil. Los motores, sistemas de ventilación y otra maquinaria pueden modificarse para ser más sostenibles y silenciosas. Un ejemplo es el Viking Grace, buque RO-PAX de Viking Lines, que fue construido expresamente para tener un perfil ambiental, con modernas técnicas de aislamiento y silenciadores en sus generadores.

 

Mapa de sonido diurno del Port de Barcelona. (Port de Barcelona)

Mapa de sonido nocturno del Port de Barcelona. (Port de Barcelona)

El caso de Barcelona

El Port de Barcelona ha realizado estudios de contaminación sonora donde han incluido mapas de diagnosis de ruido que proporcionan datos del impacto acústico. Estos mapas de ruido tienen un alto carácter innovador en el sector portuario, ya que en décadas anteriores solo habían sido desarrollados en otros tipos de infraestructuras como carreteras y ferrocarril.

Los mapas de ruido han permitido comprobar que los niveles de contaminación sonora afectan poco a la población, ya que el mayor impacto tiene lugar en zonas calificadas como de uso industrial. Esto demuestra la compatibilidad del sistema portuario con la vida normal de la ciudad, lo que facilita una buena interacción puerto-ciudad.

Además, las políticas del puerto tienden a reducir aún más su impacto sonoro. Como la idea de desplazar la actividad industrial hacia el sur o los cruceros al muelle Adosado, las zonas más alejadas de la ciudad. Y aunque el principal objetivo es reducir las emisiones de gases contaminantes y de efecto invernadero, el proyecto de electrificación de muelles que permitirá la conexión de los buques a estos (OPS) también reducirá significativamente el ruido generado. Sin olvidar el posible uso de baterías durante la estancia en puerto, como es el caso de los buques de Grimaldi.

No cabe duda de que navieras y puertos están trabajando conjuntamente para desarrollar medidas eficientes, que hagan posible tener un transporte marítimo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Mejorando así las relaciones puerto-ciudad que cada vez cobran más fuerza en el buen desarrollo de la infraestructura portuaria.