El modelo Smart Port en el Port de Barcelona
Tecnologías como el big data, la automatización o la inteligencia artificial, pero también nuevos valores como la transparencia y la colaboración, están impulsando cambios profundos en todas las áreas de la economía. En ese contexto, la noción de Smart Port nace para llevar los procesos logísticos y portuarios a un modelo más eficiente y abierto, en consonancia con esos valores. La tecnología es clave, pero solo como palanca para un cambio transversal. Catalina Grimalt, CIO del Port de Barcelona, desgrana en este artículo cómo se está avanzando hacia un “puerto inteligente”.
Catalina Grimalt es la Subdirectora General de Organización y Recursos Internos del Port de Barcelona.
Desde hace unos años en el entorno portuario se habla de Smart Port como un modelo de puerto inteligente donde la tecnología consigue automatizar procesos, conectar a los diferentes actores de la cadena logística en plataformas que agilizan transacciones y trámites burocráticos a la vez que los hacen fiables y trazables; donde los datos recogidos a lo largo de esas interacciones entre vehículos, personas e instituciones permiten tomar mejores decisiones. Avanzar hacia un modelo de Smart Port es, en definitiva, evolucionar hacia un puerto más eficiente, sostenible y con capacidad para dar un servicio continuo: 24 horas al día, 7 días a la semana.
Aunque ese es el objetivo, cada puerto es un ecosistema único que debe aspirar a desarrollar su propio modelo de Smart Port. En nuestra experiencia, a través de la comunicación y colaboración que establecemos con varios puertos internacionales a través del grupo de trabajo de ChainPORT sí que podemos hablar de temas recurrentes, que preocupan a la mayoría de puertos, como las colas y retenciones o los tiempos de espera de los camiones en las inmediaciones de las terminales de contenedores; la sensorización que permita recoger datos sobre los distintos procesos (para después analizar esa información y optimizarlos); aplicaciones de trazabilidad basadas en blockchain o, en general, cualquier cuestión referida a la minimización del impacto medioambiental (como transición al GNL, eficiencia energética, economía circular, etc).
A través del grupo de trabajo de ChainPORT podemos hablar de temas que preocupan a la mayoría de puertos, como las colas y retenciones o los tiempos de espera de los camiones en las inmediaciones de las terminales de contenedores.
Las primeras palancas de cambio
En el caso del Port de Barcelona, ya vislumbramos que existían cuatro palancas que estaban cambiado de manera radical la actividad logística y portuaria, que además estaban íntimamente conectadas. Las identificamos de la siguiente forma:
Social. Detectamos que la proliferación de las redes sociales cambiaba la forma de comunicarse, pero también cómo se compartía la información, que anticipaba nuevas formas más cooperativas y colaborativas de trabajar, más horizontales y directas.
Mobile. Gran parte de esa revolución fue posible gracias al surgimiento y democratización de los smartphones, que permitían estar conectados en todo momento, aportando información, por ejemplo, de nuestra ubicación.
Analytics. Lógicamente, la proliferación de datos abría las puertas del análisis para la optimización y agilización de los procesos. Gracias a la introducción de la inteligencia artificial y el machine learning, se podía dar un sentido y una utilidad a esa información.
Cloud. Esos datos podían alojarse cómodamente (sin necesidad de grandes y pesados equipos) en la “nube”, donde además estaban al alcance de todos los actores de la cadena logística.
De la misma forma, la combinación de todos esos factores abría la posibilidad de crear plataformas abiertas de gestión y comunicación de la actividad portuaria.
Un modelo propio de Smart Port
A partir de la detección de esos cambios y una vez las grandes autoridades portuarias internacionales, con Rotterdam a la cabeza, empezaron a hablar de los “puertos inteligentes”, empezamos a investigar la noción de Smart Port con el objetivo de desarrollar un modelo propio, que se ajustara a las necesidades y especificidades del Port de Barcelona. Partimos de la definición académica de Smart City, donde se detectaron seis áreas en transformación para crear esta “ciudad inteligente” y las adaptamos a la realidad portuaria: el parámetro “living” o modos de vida se transforma en “logística". En el caso de “movilidad”, además de recogerse cuestiones de movimientos de personas en transporte público o privado, también se añaden los vehículos más frecuentes en los puertos, como los buques, trenes o camiones, por citar las adaptaciones más importantes que se hacen del modelo. A estas seis dimensiones principales, añadimos una transversal, que es la tecnología. En ocasiones esta actúa como impulsora de un cambio en la actividad portuaria, en otros, sirve para materializarlo.
Estas dimensiones son las siguientes:
Logística: El objetivo es integrar las infraestructuras físicas y tecnológicas con procesos que permitan compartir información en tiempo real con todos los actores de la cadena logística, para hacerla más previsible y eficiente.
Es en esta área donde más se ha avanzado. Por ejemplo, la automatización de las terminales ha permitido un salto tanto cualitativo como cuantitativo. No solo ha aumentado notablemente el número de operaciones, sino que además disponemos de información real sobre todas ellas. Sabemos cuántos movimientos se están produciendo por hora, si hay colas o no en las terminales, etc. De hecho, se están empezando a desarrollar sistemas predictivos que nos permitirán adelantar posibles problemas y conseguir operaciones más ágiles y eficientes.
Movilidad: Esta dimensión se refiere a la gestión eficaz y sostenible del tráfico y el transporte en sus diferentes modos, gracias a la interconexión de tecnología, infraestructuras y medios de transporte.
Hemos estado trabajando en la movilidad marítima participando en el proyecto STM que tiene por objetivo estandarizar la información del tráfico marítimo y compartirla en una plataforma abierta entre los distintos puertos, tripulaciones y compañías. De la misma forma, ahora estamos poniendo en marcha un proyecto donde queremos optimizar el tráfico ferroviario en el puerto utilizando una solución similar a la que ya se usa en la movilidad por mar y carretera.
Medio Ambiente: Es una de las dimensiones más importantes y, como la tecnología, completamente transversal. Según nuestra visión, el puerto debe proteger el entorno mediante la gestión eficiente de los recursos, la reducción de las emisiones y el impulso a las energías limpias.
La transversalidad de la cuestión medioambiental hace que este parámetro mejore con la progresiva optimización de los procesos. Así, una mejor gestión del tráfico de camiones en las terminales de contenedores repercute en menor congestión y una reducción de las emisiones de CO2. El Port de Barcelona está además comprometido con la transición al vehículo eléctrico, como ha demostrado con su participación en el proyecto Caresmatic, que aboga por la adaptación de las terminales de vehículos a las necesidades de estos automóviles, así como la implantación de una flota de vehículos eléctricos para uso del personal de la Autoridad Portuaria. Entre otras muchas actuaciones, en el ámbito del transporte marítimo, y en colaboración con Enagás y otros operadores, se está impulsando el uso del gas natural licuado como combustible para los barcos.
La transversalidad de la cuestión medioambiental hace que este parámetro mejore con la progresiva optimización de los procesos.
Economía: Más allá de la gestión de la actividad portuaria, los puertos deben impulsar y contribuir a la competitividad, la innovación, la internacionalización y el emprendimiento como elementos que crean valor económico en el entorno y dinamizan el mercado en el ámbito metropolitano en el que desarrollan su actividad.
El mayor impulso se está produciendo en la potenciación de la innovación en el puerto, que cobra múltiples formas, desde la inclusión de una aceleradora de startups en sus inmediaciones, como Pier01 hasta la puesta en marcha proyectos que fomentan el desarrollo de soluciones específicas, como PortInnova.
Personas: Una de las funciones del puerto debe ser la activa promoción de la relación entre las personas y el mundo portuario: acogiendo eventos sociales y culturales y fomentando la cohesión social, la diversidad y la participación de las personas.
En el Port de Barcelona siempre hemos sido muy conscientes de nuestra esencia de puerto urbano, lo que significa abierto a la ciudadanía y en constante diálogo con los grupos de interés.
Gobernanza: Los puertos deben llevar a cabo la transformación digital para aportar valor a la sociedad, con una gestión transparente y sostenible de los recursos, basada en la participación y colaboración, sin olvidar la seguridad física, digital y jurídica.
Uno de los desafíos en esta área estaría en gestionar la tensión que se produce entre la transparencia y automatización , que implica abrir el puerto a los actores que participan en su actividad diaria y la gestión del incremento de las amenazas en la ciberseguridad de los puertos. En cuanto a la transparencia, disponemos de un portal donde mostramos muchísima información de lo que está pasando en el ámbito del puerto. También estamos trabajando en implantar la e-Administración y la firma electrónica en múltiples gestiones. Cuestiones vinculadas a la formación también se han subido a la nube y hecho accesibles a más trabajadores, gracias a nuestro PCS, Portic, que forma a la Comunidad Portuaria sobre los nuevos procedimientos que vamos introduciendo.
Liderar e impulsar la innovación
Teniendo en cuenta ese cambio de paradigma que suponen la inclusión de las tecnologías, en el Port de Barcelona hemos entendido que debe haber un agente que impulse esos cambios, los lidere y los divulgue entre todos los actores implicados. Y, por lo tanto, hemos asumido ese rol. Son procesos largos y complejos, que exigen mucha constancia. Debemos mover voluntades en personas de formación y responsabilidad diversa, en organizaciones de naturaleza distinta (públicas y privadas) y tamaño diferente (desde grandes multinacionales de la logística a pequeñas empresas de servicios). Para acompañarlas en el cambio, debemos no solo impulsar la aplicación de la tecnología sino también crear grupos de trabajo con todos los stakeholders donde se expliquen sus ventajas, se forme y se acompañe en su aplicación y, sobre todo, se transmita entusiasmo y compromiso con los nuevos modelos de gestión portuaria.