La logística 4.0 ya tiene su incubadora en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona

Las start-ups seleccionadas reciben varios apoyos del CZFB, de la Fundación Incyde y de Fondos Feder. Helena Gutiérrez, del departamento de incubación del CZFB, destaca, además de un presupuesto asignado de entre 10.000€ y 30.000€ para llevar a cabo su innovación tecnológica, las mentorías y la oportunidad de networking que ofrecen. 

“En el BNEW, que se celebra en octubre, tendrán la oportunidad de presentar sus propuestas a los inversores y en noviembre participarán en el Smart City Expo World Congress. Queremos que aprovechen al máximo el tiempo que estarán con nosotros”, explica.

El director de comunicación del CZFB, Lluís López, señala que la Incubadora 4.0 forma parte del plan estratégico lanzado en 2019 que, entre sus objetivos, busca generar puestos de trabajo y promover la economía del tejido empresarial.

“El plan incluye proyectos de innovación y sostenibilidad que comenzaron hace más de cuatro años, con el lanzamiento de la Incubadora de Impresión 3D”, recuerda.

Sobre el carácter pionero de la incubadora, López apunta que la ubicación estratégica del CZFB “es única prácticamente en toda Europa”. “Estamos al lado del puerto y aeropuerto, Mercabarna, de la Zona de Actividades Logísticas…a nivel logístico es insuperable”, destaca.

Y las start-ups ya empiezan a ver los resultados de su participación en la incubadora. “Hace poco les entregamos una encuesta y el 79% comentó que cara al año que viene tienen previsto incorporar a alguna persona a sus equipos, lo cual es una magnífica noticia”, celebra.

Logística y tecnología, más cerca

Precisamente, la ubicación y la gestión que el CZFB realiza de las más de 280 empresas situadas en este polígono industrial, que van desde pymes hasta multinacionales, permite acercar soluciones disruptivas a un sector con fama de tradicional.

“Que esta incubadora esté aquí es una manera de que las start-ups puedan llegar rápidamente a un primer acuerdo con un potencial cliente, colaborador o un posible inversor. Es importante generar esta retroalimentación entre start-ups y corporaciones”, valora Joaquim Poley, product manager de innovación del CZFB.

Explica que la mayoría de start-ups seleccionadas están en una primera fase de actividad. “Hay start-ups que están desarrollando tecnología, están pivotando y no encuentran claramente cuál es su modelo de negocio diferencial. Este es el ciclo propio de una start-up, desarrollar innovación hasta encontrar realmente cuál es el producto asociado a un modelo concreto y diferencial que le haga destacar respecto a su competencia y que realmente tenga mercado”, afirma.

Sobre la relación que el sector logístico ha tenido tradicionalmente con las start-ups, Poley explica que muchas de ellas ven la tecnología como algo inaccesible o que típicamente han contratado a través de consultoras. 

“Por eso vamos a desarrollar sesiones de networking entre las propias startups y estas empresas, para acabar con la idea de que desarrollar mejoras o innovaciones tecnológicas es complicado o que tiene un coste elevado. El que puedan llegar a un acuerdo de colaboración con una start-up que ya ha desarrollado un producto viable para una solución específica es uno de los valores que también creemos que aportará la Incubadora 4.0, no solo a las start-ups, sino al tejido empresarial más maduro que tenemos ubicado en la Zona Franca”, explica.

La transversalidad de las start-ups

Una de las start-ups seleccionadas es Columat, que han desarrollado unas taquillas inteligentes que soportan un amplio rango de temperaturas, desde el congelado al caliente, para que sus clientes depositen sus pedidos y el cliente final los recoja cuando más le convenga. El software que utilizan permite la adaptación y trazabilidad de todos los procesos y complejidades del reparto de última milla.

“Trabajamos para el sector retail, en concreto, alimentación, farma y otras empresas con un gran volumen de pedidos. También para el sector real estate, es decir, oficinas, edificios, coworkings y aquellos espacios con un gran volumen de personas que tienen la necesidad de recibir y enviar paquetes y que gracias a nuestra solución pueden hacerlo de forma autónoma y 24/7.”, señala Albert Bladas, su CEO.

El sistema de temperatura es modular y cada columna está adaptada a la temperatura que el producto colocado en su interior necesita y que genera y controla un motor.

Bladas explica que espera que la incubadora ayude a impulsar a Columat al siguiente nivel mediante la facilitación de “colaboraciones estratégicas” en el sector logístico, retail o TIC para seguir aportando valor.  

Otro ejemplo radicalmente distinto es el de Hardman, una plataforma que ayuda a grandes cargadores y distribuidores a digitalizar y optimizar los procesos relacionados con la entrada y salida de camiones de sus plantas. 

En palabras de su CEO, Óscar Calaf, Hardman innova en instaurar un proceso que funcione como un pit stop. “La puerta se abre, el camión llega, le entregamos la documentación digital al conductor, se realiza la carga y sale hacia su destino en el menor tiempo posible”.

“El tiempo medio de espera que nuestros clientes estaban experimentando en una plataforma logística era de hora y media. Al cabo de un año con nosotros es de, aproximadamente, tres minutos y 59 segundos”, explica.

Esto supone un ahorro en varios frentes. Calaf pone como ejemplo una compañía que mueva 100 camiones al día, para la cual estos ahorros son de 7 millones de kilos de CO2 no emitido a la atmósfera o de 1,4 millones en material inmovilizado.

“Hay mucha innovación en última milla, en vehículos inteligentes, drones que te llevan los paquetes a casa…pero la digitalización y automatización de los procesos es la que más ahorros genera a una compañía”, afirma. 

Calaf comparte que, tras una fase de pivotaje, Hardman se encuentra en un punto de inflexión. Tras demostrar que su producto tiene cabida en el mercado, espera que la Incubadora 4.0. le ayude a escalar “de una forma notable”.

Realidad aumentada y virtual son las dos tecnologías con las que trabaja Jotavirtual, una start-up que virtualiza el espacio construido para que pueda ser navegado de una forma interactiva e inmersiva.